16 mayo, 2025

Miles de fieles renovaron su fe ante el Cristo de la Quebrada: “Aquí estoy, Señor”

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En una emotiva celebración en Villa de la Quebrada, el obispo Gabriel Barba presidió la misa central frente a una multitud. Recordó al papa Francisco y llamó a la unidad, el perdón y la conversión. La tradicional peregrinación reunió a fieles de todo el país.

Por María Cruz*

 

 

Villa de la Quebrada, San Luis. En una jornada marcada por la fe y la emoción, miles de personas participaron este viernes de la misa central en honor al Cristo de la Quebrada. La celebración fue presidida por el obispo de San Luis, Gabriel Barba, quien envió un fuerte mensaje de esperanza, conversión y unidad, en medio del recuerdo reciente del fallecido papa Francisco.

Aquí estoy, Señor, quiero renovar mi fe”, expresó Barba al inicio de su homilía, en la que remarcó el valor de la peregrinación y el símbolo que representa el Cristo para generaciones de argentinos. En su mensaje, el obispo recordó al pontífice con palabras sentidas: “Hemos perdido un padre; el mundo ha perdido un padre”.

Durante la misa, que reunió fieles provenientes de Mendoza, La Pampa, La Rioja, San Juan y otras provincias, Barba invitó a la comunidad a no temerle a la confesión y a vivir una fe activa: “La confesión no tiene como centro el pecado, sino el perdón. Dios ama personalmente a cada uno, con su historia”.

“La sede de Pedro hoy está vacía”, señaló el obispo al hablar de la muerte de Francisco, y destacó su cercanía con San Luis y su compromiso con los más humildes: “Los pobres claramente han sentido cómo estaban en el corazón del Papa”.

Barba también reflexionó sobre el significado del santuario en la vida cotidiana: “Estoy seguro de que el Cristo los acompaña desde siempre: en un cuadro, una estampa en la billetera o junto a una foto familiar”.

La celebración religiosa reafirmó el carácter nacional de la festividad. “Esta es su casa porque el Cristo ya está en su corazón desde antes”, dijo Barba, quien cerró con una invitación a la conversión: “Renunciar al hombre viejo para que el hombre nuevo, el que nace con el bautismo, haga nuevas todas las cosas”.

Antes de finalizar, pidió a los presentes que dejaran sus cargas ante la imagen de Cristo: “Volvemos acá para decirle a Jesús: ‘Aquí estoy, Señor, quiero apoyarme en vos, quiero sentir tu fortaleza’”.

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