Kicillof desdobla elecciones y desafía a Cristina: ¿se perfila un nuevo liderazgo en el peronismo?
Por María Cruz*
Axel Kicillof sorprendió al anunciar este lunes el desdoblamiento de las elecciones en la provincia de Buenos Aires, fijando la fecha para el 7 de septiembre. La decisión rompe con una práctica sostenida desde 1994: celebrar comicios provinciales junto a los nacionales. El gesto no solo marca un quiebre institucional, sino también político, ya que implica desoír una directiva implícita de Cristina Fernández de Kirchner, históricamente la figura de mayor peso en el armado bonaerense.
En las últimas décadas, ningún dirigente peronista había desafiado abiertamente la voluntad de la expresidenta. Daniel Scioli se mantuvo obediente durante sus años como gobernador, y Florencio Randazzo, cuando intentó marcar diferencias, terminó aislado del esquema kirchnerista. Por eso, que sea Kicillof —exministro de Economía y figura promovida por el propio cristinismo— quien encabece esta jugada, genera un sismo dentro del espacio. La medida fue comunicada con evidente tensión y supone, además, intervenir en un sistema electoral consolidado hace más de 30 años.
La gran pregunta ahora es si este movimiento marcará el nacimiento de un nuevo liderazgo dentro del peronismo, capaz de reconfigurar la interna del espacio en un momento de fragilidad ante el avance del oficialismo libertario. Para Kicillof, es una apuesta de alto riesgo: si logra ordenar al electorado provincial y fortalecer al PJ, el crédito será suyo; si, por el contrario, fragmenta el voto y allana el camino a la derrota, el costo político podría ser altísimo.