19 abril, 2024

Trump y el Brexit, partes de un mismo proceso anti globalización

La victoria electoral de Donald Trump forma parte del aumento del sentimiento anti globalización en Estados Unidos y Europa, un proceso que también incluye al Brexit, afirmó Adriano Bosoni, analista para Europa de Stratfor, agencia estadounidense especializada en temas políticos, económicos y militares.

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Donald Trump y Nigel Farage, impulsor del Brexit, durante su encuentro en la Trump Tower

La victoria electoral de Donald Trump forma parte del aumento del sentimiento anti globalización en Estados Unidos y Europa, un proceso que también incluye al Brexit, afirmó Adriano Bosoni, analista para Europa de Stratfor, agencia estadounidense especializada en temas políticos, económicos y militares.

«En ambos lados del Atlántico hay temor respecto del impacto que los inmigrantes tienen en la economía, la identidad y la seguridad de los países, y una creciente creencia de que el libre comercio está destruyendo empleos», aseguró el analista a Télam.

Bosoni explicó que hay además un creciente rechazo a los políticos profesionales y los medios de comunicación tradicionales, y una búsqueda de nuevos liderazgos anti-sistema que cambien el statu quo.

«El gran logro de Trump es que, pese a ser un empresario famoso y millonario, consiguió convencer al electorado de que está contra el sistema y que protegerá a las clases trabajadoras», señaló.

Para el analista, las elecciones en Estados Unidos y el referéndum en el Reino Unido también tienen otro elemento en común: casi todas las encuestas y buena parte de los medios de comunicación fallaron en predecir el resultado.

«Esto demuestra que las empresas encargadas de estudiar estos nuevos fenómenos políticos y sociales aún no encuentran la manera de comprenderlos por completo», apuntó.

Y consideró que por otro lado también «es fácil desmerecer o desestimar al votante de Trump o del Brexit y acusarlo de ignorante o irresponsable».

«Hay que considerar que existe una buena parte del electorado en Europa y Estados Unidos que tiene intereses o preocupaciones que, más allá de la ideología, son reales y los gobiernos no han sabido, o no han querido, afrontar».

Además pronosticó que 2017 será un año crucial para Europa, porque, según explicó, «países importantes como Alemania, Francia, Holanda, y tal vez también Italia, según lo que pase con el gobierno actual, tendrán elecciones generales» y en todos ellos hay partidos anti-sistema y anti-globalización que son muy populares.

«Sería un error desestimarlos y creer que el sistema institucional es lo suficientemente sólido como para mantener a esos partidos al margen», sostuvo. «Trump y el Brexit no son el problema, sino el síntoma de tendencias mucho más profundas», concluyó el experto.

Por su parte, Bronwen Maddox, directora del «Institute for Government», el principal grupo británico de reflexión que proporciona apoyo a los políticos en el gobierno, analizó que los resultados de las elecciones en Estados Unidos revelaron un país profundamente dividido por los ingresos, raza, edad, sexo, región y por el distanciamiento entre las áreas metropolitanas y las rurales.

Y resaltó que a pesar de que todos los presidentes de los últimos 24 años han establecido hacer frente a esa situación, «las divisiones están más marcadas que nunca».

En el caso del Reino Unido, Maddox señaló que los resultados del referéndum también mostraron las preocupaciones de los votantes que ya no encajan bien dentro del marco los partidos políticos tradicionales.

«La victoria de Trump también plantea cuestiones más profundas, al igual que el voto por el Brexit en el Reino Unido, «una de ellas es cómo gobernar un país dividido, uno de los principales retos que tienen los políticos ahora», reflexionó la analista.

En opinión de Maddox, «una respuesta podría ser, que los políticos tengan que abordar de forma mucho más directa los reclamos de los votantes que sienten que han quedado atrás».

«En el referéndum de la UE, el Gobierno y el grupo que lideraba el voto por la permanencia, su campaña se basó casi toda en la economía, pero descartó los reclamos de los votantes sobre la inmigración», ejemplificó la analista.