Un día como hoy, pero hace 28 años, se conocía la trágica noticia de la muerte de uno de los más grandes capocómicos de Argentina, Alberto Olmedo.
La imagen de su cuerpo sin vida con el torso desnudo sobre el asfalto tras la caída del balcón del departamento 11° A, ubicado en Maral 39, en la Ciudad de Mar del Plata, irrumpió en los medios, enlutando al país.
Hoy sus amigos y familiares lo recuerdan con la misma alegría y dolor de aquel entonces. Alegría, por lo que dejó para la posteridad, su capacidad de hacer reír a un país entero; y dolor, porque a pesar de ese talento, muchos lo veían como un hombre triste.
Esa trágica mañana del 5 de marzo de 1988, la tuvo como única testigo de la muerte de Olmedo, a quien en ese momento era su pareja, Nancy Herrera.
Herrera, tiempo después explicó cómo se sucedieron los hechos: «Era muy inquieto, pasó del interior del living hacia el balcón. Para mí eso era normal, pero no fue normal que se ponga a jugar al caballito en la baranda del balcón, estaba boludeando», aseguró.
El actor perdió el equilibrio y le pidió desesperadamente a su mujer que lo sostuviera para no caer al vacío.
«Tenía carita de desesperación y me decía que le agarre la pierna, yo le decía que no podía y él me dijo ‘Sí que podés…’. Fue lo último que dijo (…) Traté de agarrarlo, pero se me iba resbalando y yo tenia mitad de mi cuerpo del otro lado del balcón», detalló Herrera.
Segundos más tarde, el vecino del departamento contiguo fue al auxilio de la mujer que escuchó gritar y logró rescatarla, pero no pudo salvar la vida de Olmedo, que terminó cayendo del piso 11.
Hoy, es considerado un humorista de culto. Dejó personajes que quedaron en el inconsciente colectivo, como El Capitán Piluso, El manosanta, Álvarez y Borges y El mucamo Perkins, entre otros.
Protagonizó duplas ya míticas, con Jorge Porcel y Javier Portales. Trabajó en cine, teatro y televisión con Susana Giménez, Moria Casán, Graciela Alfano y otras grandes estrellas, que se consagraron junto a él. También lo dirigieron los exponentes más importantes del humor picaresco: Gerardo Sofovich, Hugo Sofovich, Enrique Carreras, Hugo Moser, etc.
Olmedo alguna vez reflexionó sobre su trascendencia:
¿QUÉ QUIERO QUE QUEDE DE MÍ? UNA ESTATUA A MIS MANOS EN LA CALLE CORRIENTES PARA QUE MIREN Y DIGAN: «CHAU NEGRO». NADA MÁS. ALBERTO OLMEDO