25 abril, 2024

Rousseff: «Nunca pensé en renunciar»

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó hoy que no renunciará al cargo, en vísperas de la votación en el Senado del juicio político que puede suspenderla por seis meses, y afirmó que luchará hasta defender su mandato, que termina el 31 de diciembre de 2018.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó hoy que no renunciará al cargo, en vísperas de la votación en el Senado del juicio político que puede suspenderla por seis meses, y afirmó que luchará hasta defender su mandato, que termina el 31 de diciembre de 2018.

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«Jamás pasó por mi cabeza renunciar. La renuncia pasa por la cabeza de ellos, no por la mía. Soy una figura incómoda y sigo con la frente alta para denunciar que este proceso es una enorme injusticia, un golpe», dijo Rousseff en la Cuarta Conferencia Nacional de las Mujeres, en Brasilia.

«Brasil está cansado de traidores y desleales. Voy a resistir por los 54 millones de votos que tuve y por el mandato, que termina el 31 de diciembre de 2018», insistió.

En el que pudo haber sido el último acto público de su mandato, Rousseff animó a las miles de asistentes a la conferencia a «luchar», porque Brasil «también está cansado de los desleales, los traidores y los golpistas».

La respuesta del auditorio fue inmediata, con un coro que gritó «no habrá golpe, habrá lucha», una frase que se ha convertido en un himno en todas las manifestaciones de apoyo a la mandataria.

Rousseff volvió a negar que las maniobras fiscales irregulares que se le atribuyen constituyan un «delito de responsabilidad», que es como la Constitución define las causas para la destitución de un mandatario, y reiteró que la democracia brasileña está en riesgo.

«Es un momento muy importante y decisivo para la democracia brasileña» y también para «la historia de este país, que dirá cuánto de violencia contra la mujer y de prejuicio ha habido en todo este proceso ilegal», afirmó.

Según Rousseff, «uno de los componentes de este proceso ha tenido siempre base en el hecho de que sea la primera presidenta electa por el voto popular» en el país, pero «sepan que una parte de mi capacidad de resistir viene del hecho de ser mujer», añadió.

Rousseff también volvió a tildar de «conspirador» y «golpista» al vicepresidente Michel Temer, que la deberá sustituir mientras dure el eventual juicio político y completaría su mandato en caso de que se consuma la destitución.

Asimismo, insistió en que Temer y «los golpistas ya han dicho que van a privatizar todo», pero advirtió que ni ella «ni el pueblo lo van a permitir», ya que se mantendrán en «pie de lucha» en defensa de las «conquistas sociales» obtenidas en los últimos años.

«Lo que hemos logrado es sólo el comienzo. Tenemos mucho para conquistar todavía» y «no se permitirá ningún retroceso», declaró.

En las que pueden haber sido sus últimas palabras públicas en su mandato, Rousseff reiteró: «Me siendo víctima de una injusticia, pero soy el tipo de víctima luchadora, que no desiste, víctima con conciencia, con capacidad de lucha».