Por Alejo Pombo
El Ministerio de Economía anunció que a partir de mañana habrá un nuevo aumento en los servicios de gas y electricidad, así como en los precios de la nafta y el gasoil. Este ajuste se enmarca en la política que ha llevado adelante el Gobierno durante todo el año, con incrementos regulares el primer día de cada mes. Para esta ocasión, se espera que tanto las boletas energéticas como los combustibles sufran una suba del 4%. Este ajuste se suma al incremento ya confirmado de 5,16% en las tarifas de agua que aplicará Aysa.
Incrementos en gas y electricidad
El aumento en las tarifas de gas y electricidad está siendo afinado en los despachos del Palacio de Hacienda, pero a diferencia de los meses anteriores, el Gobierno permitirá nuevamente una suba en los costos de distribución y transporte. Esto significa que las empresas encargadas de estos servicios, como Edenor, Edesur, Metrogas, Camuzzi, Naturgy, TGN y TGS, verán un incremento en sus ingresos tras varios meses de congelamiento tarifario.
Las boletas de energía reflejan el costo de tres servicios principales: la generación de electricidad o producción de gas, el transporte de la energía a los centros de consumo y la distribución a hogares, comercios e industrias. Aunque el costo de generación está subsidiado por el Estado, el transporte y la distribución son costos que no están segmentados según el nivel de ingresos, afectando a todos los hogares por igual.
En abril, el Gobierno había establecido una fórmula polinómica que permitiría a estas empresas ajustar sus tarifas mensualmente según la inflación y la variación salarial, entre otros indicadores. Sin embargo, esta fórmula nunca llegó a aplicarse. Incluso en mayo, un día antes de que se hiciera efectivo un aumento, el ministro de Economía, Luis Caputo, anunció que se postergaría.
En declaraciones recientes, Caputo reconoció que «quedan ajustes por hacer» en materia de tarifas, pero subrayó que la prioridad sigue siendo controlar la inflación. «Las tarifas son una sintonía fina entre caja, reducción de subsidios e inflación», explicó. A pesar de que el gobierno ha retrasado estos ajustes para evitar un mayor impacto inflacionario, Caputo aseguró que «ya no hay razones macroeconómicas para que haya inflación», refiriéndose a los esfuerzos por estabilizar la economía.
Aumentos en los combustibles
En el sector de combustibles, se espera que los precios de la nafta y el gasoil también aumenten un 4%. Según Guillermo Lego, gerente de la Confederación del Comercio de los Hidrocarburos de la República Argentina (Cecha), este incremento incluye el ajuste del «crawling peg» de un 2%, la actualización del impuesto a los combustibles, y posibles variaciones en el precio de los biocombustibles.
Desde que Javier Milei asumió la presidencia, los precios de los combustibles han registrado un incremento del 126% en los primeros siete meses del año, superando la inflación acumulada del 86%. Este aumento se explica tanto por la descongelación de impuestos al sector, que estaban suspendidos desde 2020, como por el rezago en los precios respecto a la inflación general.
Con el ajuste previsto, los precios en la Ciudad de Buenos Aires alcanzarán niveles récord. A partir de mañana, se espera que el litro de nafta súper de YPF cueste $979, mientras que la premium se situará en $1209. Por su parte, el gasoil súper ascenderá a $1017, y el diésel premium alcanzará los $1294.
Impacto en los consumidores
El aumento simultáneo en las tarifas de servicios públicos y los combustibles llega en un momento crítico para los consumidores, que ya enfrentan una inflación elevada y un deterioro del poder adquisitivo. Estos ajustes se reflejarán directamente en los costos de vida, ya que los servicios energéticos y los combustibles son componentes clave en la estructura de costos de la economía, afectando desde el transporte hasta la producción de bienes y servicios.
Aunque el Gobierno busca equilibrar la necesidad de ajustar tarifas con el objetivo de reducir el déficit fiscal y mantener el control inflacionario, la reacción de la sociedad y los impactos en la economía real serán cruciales para evaluar el éxito de estas medidas.