3 mayo, 2024

Más de 70 muertos dejaron los ataques suicidas en Kabul

Dos sujetos con explosivos y otros armados provocaron ayer una masacre, en la entrada del aeropuerto de Kabul, cuando cientos de afganos buscaban huir de los talibanes. El Estado Islámico (EI) reivindicó el hecho.

Por Alan Fox

Dos suicidas con explosivos y hombres armados con fusiles del Estado Islámico (EI) atacaron ayer a una multitud en la entrada del aeropuerto de Kabul, donde mataron al menos a 13 militares estadounidenses e hirieron a otros 18, dentro de un saldo de más de 70 fallecidos, entre ellos varios niños, y más de un centenar de heridos, en los últimos días de un masivo operativo de evacuación que ha atraído a miles de extranjeros y afganos que quieren salir de Afganistán tras la toma de poder de los talibanes. Horas después de los atentados, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió tomar represalias (ver página 20). Los dos ataques suicidas llegaron en medio de un clima de advertencias de países occidentales que temían atentados en el aeropuerto internacional de la capital afgana por parte del grupo yihadista EI, que en Afganistán se ha nutrido de extalibanes con una visión del islam aún más extremista que la oficial del movimiento afgano.

Hombres con la ropa empapada de sangre y mujeres llorando intentaban salir del lugar tras el ataque en la puerta del aeropuerto, mientras algunos heridos eran transportados en camillas.

Un niño se aferraba al brazo de un hombre con una herida en la cabeza, según imágenes que circulaban por redes sociales. «Cuando la gente escuchó la explosión el pánico fue total. Los talibanes empezaron a disparar al aire para dispersar a la gente», contó un testigo que pidió no revelar su nombre a la agencia de noticias AFP.

Poco después de los ataques, varios medios extranjeros reportaron otras dos explosiones en la capital afgana, pero el vocero del movimiento talibán, Zabihullah Mujahid, descartó que fueran atentados y sostuvo que fueron explosiones controladas de las fuerzas estadounidenses para destruir municiones, según la agencia de noticias Sputnik. Un vocero militar estadounidense confirmó luego esta versión.

En conferencia de prensa virtual, el general Kenneth F. McKenzie, jefe del Comando Central de Estados Unidos, advirtió que esperan que «los ataques del EI continúen», aunque adelantó que no pedirá refuerzos ni suspenderá las evacuaciones, que según ratificó esta semana el presidente Joe Biden terminarán el 31 de agosto, el plazo máximo acordado con los talibanes durante el Gobierno anterior de Donald Trump.

Los talibanes, que controlan las afueras del aeropuerto, cifraron los muertos en «entre 13 y 20» y los heridos en 52, condenaron los ataques y dijeron que «tuvieron lugar en una zona donde la seguridad está en manos de las fuerzas estadounidenses».

Poco después, fuentes no oficiales del sistema de salud afgano y del Gobierno estadounidense dijeron a varios medio, entre ellos la cadena de noticias BBC, que el saldo de muertos ascendía al menos a 60 mientras la agencia AP mencionó, al menos, 72 fallecidos y unos 140 heridos.

En medio de los rumores sobre un saldo de víctimas que convertiría a este atentado en uno de los más letales de los últimos tiempos -sin dudas para Estados Unidos, el más sangriento de la última década en Afganistán-, el EI se adjudicó la responsabilidad de los dos atentados suicidas en un mensaje publicado en el canal de la milicia extremista en Telegram y precisó que un atacante, a quien identificaron, detonó un chaleco explosivo entre los afganos y las fuerzas estadounidenses cerca de una de las puertas del aeropuerto de Kabul, conocida como Abbey Gate. El segundo ataque sucedió a solo unas cuadras de allí, a metros de la entrada del hotel Baron. Un exmilitar británico que presenció el ataque desde un auto en el que llegaba al aeropuerto de Kabul dijo que vio a uno de los agresores armado con un fusil AK 47.

«De repente oímos disparos y nuestro vehículo fue atacado, (y) si nuestro conductor no hubiera dado la vuelta, habría sido baleado en la cabeza por un hombre con una AK 47», dijo en un tuit Paul Farthing, que esta semana fue noticia en el Reino Unido por su intención de evacuar a animales de un refugio que abrió en Afganistán.

Los atentados no son una novedad en Afganistán, pero esta vez desnudaron la inusual situación que atraviesa el país con la transición de poder y la retirada en proceso de Estados Unidos. Por un lado la milicia islamista talibán «condenó enérgicamente los ataques», según escribió en Twitter su vocero, Zabihullah Mujahid, y, por otro, el general McKenzie aseguró que no tiene ninguna evidencia de complicidad de este grupo extremista. «Compartimos un objetivo común: que nos vayamos el 31 de agosto», explicó.

La UE preocupada por el pasaje seguro al aeropuerto

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, expresó su preocupación por el atentado en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul y reiteró la petición de la Unión Europea (UE) de garantizar vías de acceso seguras hacia el aeródromo. En un mensaje en la red social Twitter, el presidente de la institución que representa a los Estados miembros de la UE aseguró que están «siguiendo de cerca la situación» y trasladó sus condolencias a las víctimas y sus familiares. «Garantizar el pasaje seguro hacia el aeropuerto sigue siendo vital. Debemos asegurar que la inestabilidad actual no lleva a un resurgir del terrorismo», dijo Michel en la primera reacción de un dirigente comunitario tras el atentado. Michel mantuvo a lo largo del día conversaciones telefónicas con los líderes