Por Alan Fox
El jefe de Gobierno italiano, Mario Draghi, advirtió ayer que estudia sanciones a los trabajadores de la salud que rechazan vacunarse contra el coronavirus justo cuando el país transita por su peor momento pandémico, y reveló que la próxima semana recibirá el cuestionado inoculante británico AstraZeneca.
«El gobierno desea intervenir. Es inaceptable que los trabajadores de la salud que no se han vacunado entren en contacto con personas enfermas», criticó Draghi durante una conferencia de prensa.
El mandatario respondió así a una pregunta sobre el caso de varios pacientes contagiados en Liguria, en el noroeste de Italia, por personal sanitario que no se había inoculado.
La ministra de Justicia, Marta Cartabia, «está preparando una medida sobre ese tema», avisó Draghi, quien no descarta aprobar un decreto específico.
Por su parte, el ministro de Salud, Roberto Speranza, precisó durante la rueda de prensa que el personal médico no vacunado representa una cifra «muy pequeña».
El presidente de la región de Liguria, Giovanni Toti, pidió el jueves una ley contra los trabajadores sanitarios que rechazan la vacuna, después de que dos de ellos infectaran a al menos 12 pacientes en dos hospitales de su región.
Italia registró más de 105.000 muertes por coronavirus en 13 meses de pandemia.
«Ante la necesidad de proteger a la ciudadanía en momentos delicados, como la hospitalización, es posible que contemos con las condiciones legales y políticas para tomar medidas», cerró Toti.
En Italia, el movimiento contrario a las vacunas es limitado pero muy activo, y algunos temen que aumente por los temores que despertó la cuestionada vacuna Astra- Zeneca, cuyo uso fue suspendido por algunos días hasta que la autoridad europea sanitaria, EMA, confirmara que es totalmente segura y no es la causante de coágulos sanguíneos como denunciaron varios inyectados.
