8 octubre, 2024

España propone a la UE un fondo de «recuperación» de 1,5 billones financiado

España propondrá a la Unión Europea la creación de un fondo de «reconstrucción» para la crisis del coronavirus de hasta 1,5 billones de euros y se financie con deuda perpetua respaldada por el Banco Central Europeo (BCE).

España propondrá a sus socios de la Unión Europea la creación de un fondo de «reconstrucción» para la crisis del coronavirus que movilice hasta 1,5 billones de euros y se financie con deuda perpetua respaldada por el Banco Central Europeo (BCE).

Así consta en el documento que el presidente del gobierno de coalición español, el socialista Pedro Sánchez, llevará a la videoconferencia del Consejo Europeo que el jueves reúne a los Jefes de Estado y gobierno del bloque comunitario, que fue publicado por la prensa española.

Sánchez defenderá que el fondo empiece a funcionar a partir del 1 de enero de 2021 y que esté disponible por un período de dos o tres años en el Marco Financiero Plurinacional (MFP), que es el plan de gastos prioritarios de la unión.

La propuesta diseñada por la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, no menciona la creación de un instrumento específico como los «coronabonos» que Sánchez viene postulando desde el inicio de la emergencia, y que rechazan Alemania, Holanda y otros países del norte de Europa, que apuestan por los fondos de rescate ya existentes pero sin las actuales condiciones.

No obstante, España considera que las partidas del fondo a los países que lo necesiten deben hacerse por medio de transferencias directas y no préstamos, para no aumentar los niveles de endeudamiento público de los países.

Además, para que el fondo tenga un impacto macroeconómico lo suficientemente «robusto», Madrid estima que se necesita una capacidad de fuego mínima que “la mayoría de expertos estima en el 1% del PIB de la UE”, lo que significa una horquilla de entre 1 y 1,5 billones de euros.

Lo que plantean los españoles es que el fondo se financie través “de deuda perpetua de la UE, respaldada por los mecanismos actuales para financiar el presupuesto de la UE”, es decir, con bonos europeos respaldados por el BCE.

De esta forma, el bono se beneficiaría de la triple A de la que gozan las instituciones europeas, argumentan.

Además, “el BCE deberá seguir jugando un papel clave para asegurar la estabilidad financiera a través de la liquidez y otras medidas”, dice el documento español.

El gobierno español cree, asimismo, que transferencias a los estados miembros deben hacerse en función de una clave de reparto nacional vinculada al impacto de la Covid-19 y sobre la base de indicadores como el porcentaje de población afectada, la caída del PIB o el aumento de los niveles de desempleo.

En ese sentido, el Banco de España publicó hoy sus previsiones por la crisis del coronavirus que estiman una caída del PBI de entre un 6,6% y un 13,6% para este año dependiendo de lo que dure el estado de alarma-vigente desde el 14 de marzo-, que la deuda se dispare hasta el 11% y el desempleo hasta casi un 22%.

Por otro lado, el plan español también propone que el pago de los intereses de la deuda perpetua se lleven a cabo en lo posible por un nuevos impuestos y recursos en el marco del MFP para 2021 y 2027, en vez de con contribuciones de los estados miembros, algo muy resistido por el peso ganado por los partidos euroecépticos en muchos países de la UE.

Los recursos podrían provenir de los nuevos impuestos sobre los plásticos o sobre los gigantes tecnológicos, o sobre las emisiones de CO2, etc.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, defiende que el presupuesto comunitario puede ser utilizado para financiar un gran Plan Marshall para la reconstrucción económica tras el coronavirus como reclamó Sánchez en un frente común junto con Italia y Francia, los países europeos más afectados por la pandemia.

De salir adelante, el fondo de reconstrucción se sumará a otros mecanismo propuestos por el Eurogrupo -que tiene que aprobar el Consejo Europeo, como la línea de crédito de 250.000 millones de euros del ya existente MEDE (Mecanismo Europeo de Estabilidad) destinado a financiar gasto sanitario, así como las garantías de Banco Europeo de Inversiones (BEI) para apoya a las empresas a salir el pozo en el que muchas han caído.