Desde febrero de 2015, cada 30 de noviembre se celebra el Día Nacional del Mate en homenaje a la infusión más importante de Argentina. Esta fecha fue elegida por el nacimiento del comandante guaraní Andresito Guasurari en 1778, y fue establecida por el Congreso mediante una ley 27.117.
El mate es una infusión hecha con hojas de yerba mate (Ilex paraguariensis), planta originaria de las cuencas de los ríos Paraná, Paraguay y el curso superior del Uruguay. Estas plantas previamente secadas, cortadas y molidas forman la yerba mate, la cual tiene sabor amargo debido a los taninos de sus hojas. Por esto, hay quienes gustan de endulzar un poco el mate con azúcar, miel, stevia o endulzante no calórico. La espuma que se genera al «cebar» se debe a los glucósidos que la yerba mate contiene.
El origen del mate se vincula a los nativos guaraníes, quienes utilizaban hojas del árbol como bebida y objeto de culto. Desde entonces la tradición permaneció intacta y se extendió a muchos lugares.
La tradición está tan arraigada en los argentinos que cada año se consumen aproximadamente 256 millones de kilos de yerba, esto quiere decir un consumo anual por persona de 6,4 kilos.
Sin embargo, no sólo los argentinos tomamos mate. En el 2018 se exportaron unos 43 millones de kilos con destino a Siria, Chile, Líbano, Estados Unidos y España.
La yerba no sólo se consume por costumbre, tiene grandes propiedades para el cuerpo humano ya que es un potente antioxidante. El mate cebado caliente «contiene un 90% más de antioxidante que el té verde», lo cual mejora las defensas del organismo y lo protegen del daño celular.
Para poder celebrar esta fecha tan importante para los argentinos, en La Rural se celebra la tercera edición de la «Expo Matear», organizado por el Instituto Nacional de la Yerba Mate.