23 abril, 2024

Desde comienzo de año, 40 delincuentes murieron en manos de sus víctimas

Luego de que un conductor atropellara y matara a dos motochorros que lo asaltaron en Rosario, trascendió que, desde que comenzó el 2021, más de 40 delincuentes fueron ultimados por sus propias víctimas en Argentina.

Por Alejo Pombo

Luego de que un conductor atropellara y matara a dos motochorros que lo asaltaron en la ciudad santafesina de Rosario, trascendió que, desde que comenzó el 2021, más de 40 delincuentes fueron ultimados por sus propias víctimas en Argentina, mientras que especialistas alertaron que hay un «rebrote» de estos casos en todo el territorio nacional.

El dato es contundente, porque se trata de un caso cada tres días. Especialistas en seguridad confirmaron el relevamiento, en el marco de una insistente y creciente ola delictiva que, en consecuencia, dio lugar a un fuerte rebrote de episodios en los que las víctimas agreden a sus victimarios.

En esta oportunidad, el disparador fue el caso que ocurrió en el barrio Fisherton, de la zona oeste de Rosario, donde un joven de 25 años fue víctima de un robo a mano armada por parte de dos motochorros, quienes lo interceptaron y le robaron una mochila que contenía 2 mil dólares y 2 mil pesos. La víctima persiguió a los dos delincuentes y los atropelló con su vehículo. Ambos fallecieron.

«En Argentina, en 2020 tuvimos entre 107 y 109 casos de este estilo», comenzó el licenciado en Seguridad Pública, Luis Vicat, quien explicó que estos episodios «vienen de la mano de la inseguridad, ya que son una consecuencia» de las mismas.

«En una sociedad crispada que percibe que el Estado no puede solucionar sus problemas, tiende aparecer el concepto de que, si el Estado no me va a dar seguridad, me la voy a dar yo autoorganizándome o de forma grupal. De hecho, así nacieron las milicias en los Estados Unidos», explicó Vicat en diálogo con Diario Popular.

Y agregó: «Así aparece la figura del arresto civil, es decir, el ciudadano que agarró al motochorro que intentó robarle, por ejemplo, lo agarran entre cuatro y comienzan a golpearlo de tal forma que se termina convirtiendo en un linchamiento».

Bajo esta línea, el licenciado en Seguridad Pública alegó que «nuestro sistema penal está orientado de tal forma que termina defendiendo los derechos del victimario y no de la víctima, porque si no se contempla la legítima defensa termina convirtiéndose en el victimario».

«O sea, esta es la paradoja siniestra en la que nos transformamos: combatimos a los victimarios siendo víctimas y terminamos como victimarios nosotros», expresó al tiempo que añadió: «Muchos de los casos que vemos cotidianamente pueden entrar dentro de los parámetros de emoción violenta, porque si a vos te acaban de matar a tu hijo en la puerta de tu casa y vos le quitaste el revólver al que mató a tu hijo y le disparas es una acción que emocionalmente es comprensible pero jurídicamente reprochable».

De esta forma, continuó, existe una tendencia «que va de la mano del hartazgo», y es el del «fenómeno de la réplica», es decir, «la gente se enoja y ve por televisión lo que hicieron en un determinado lugar con el delincuente, entonces hacen lo mismo hasta que llegue la Policía».

En este contexto, Vicat alertó que hay un «rebrote» de casos en el que los delincuentes son ultimados por sus víctimas, ya que «hay un hartazgo social (en contexto de pandemia) y esto se traduce en displacer, el cual se convierte en frustración y esa frustración -ante la inercia de quienes deben protegernos- se traduce en agresión».

«El rebrote también se da porque hay ciertos atisbos de desobediencia civil con lo que tiene que ver con la pandemia. Esto del distanciamiento social, el uso de barbijo y confinamiento», aseveró al respecto.

«La percepción que está instalada es la de que hay una puerta giratoria y existe la idea de que hay ineficacia por parte de quienes deben bajarnos la protección», lamentó el licenciado en Seguridad y autor de un libro sobre la temática.

fuente: Diario Popular