El jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, destacó hoy que la Argentina ya lleva «370 mil vacunas aplicadas» contra el coronavirus y dijo que el avance del plan se produce en un contexto atravesado por la demanda global para inmunizar a la población de todos los países y en el que muchos Estados todavía no han podido acceder a los desarrollos farmacéuticos contra la Covid-19.
En entrevistas con radios Nacional y La Red, Cafiero aseguró que el Gobierno trabaja «siempre con fuerza porque la pandemia no se detiene» y remarcó que está en marcha «la campaña de vacunación más grande de la historia» del país.
«La campaña de vacunación se lleva adelante y diariamente hay argentinos y argentinas que van recibiendo las dosis», subrayó el jefe de Gabinete, y en ese punto precisó: «Ya llevamos 370 mil vacunas aplicadas».
En ese punto, sobre el avance de la vacunación, desde la cartera de Salud informaron que hoy comenzó la distribución de las 220.000 dosis de Sputnik que correspondían a la Argentina y que llegaron en el tercer vuelo de Aerolíneas a Moscú.
En tanto, el nuevo embajador argentino en Rusia, Eduardo Zuain, destacó que en las relaciones con ese país figura «el objetivo primario de garantizar la provisión de la vacuna, pero también una agenda amplia en lo económico, político y en ciencia y tecnología».
Y destacó sobre la vacuna Sputnik V que la determinación del Gobierno nacional es avanzar «en un proceso de transferencia de tecnología, para que eventualmente la vacuna (desarrollada por el Centro Gamaleya de Rusia) pueda producirse en Argentina».
En este contexto, los dichos del jefe de Gabinete reflejaron la prioridad que el Gobierno asigna, para todo el mes de febrero y marzo, al despliegue y avance del plan de inmunización contra la Covid-19 y, por ende, también al abastecimiento de las dosis necesarias para seguir aplicando las dosis.
Un ejemplo de esa prioridad quedó reflejado en las declaraciones que realizó en los últimos días la asesora presidencial Cecilia Nicolini, designada por el presidente Alberto Fernández para monitorear toda la negociación con el Fondo de Inversión Directa de Rusia y el Centro Gamaleya.
Nicolini, quien viajó junto a Carla Vizzotti a Moscú en el marco de esas tratativas, estimó en una entrevista reciente que la mayor parte de las vacunas adquiridas en el acuerdo firmado con el Fondo de Inversión estatal ruso estarán accesibles para la Argentina durante este mes.
La funcionaria señaló que en la entrega de vacunas por parte de Rusia «existe un retraso de dos o tres semanas» pero resaltó que, por la información de la que dispone, el Gobierno «espera que a mediados de febrero eso ya está solventado».
Al respecto, Nicolini subrayó que el Centro Gamaleya y sus laboratorios asociados están ampliando «la capacidad de producción porque realmente los resultados de la Sputnik V han sido buenísimos».
Además, la politóloga y asesora presidencial precisó que el acuerdo con la Federación Rusa prevé la adquisición y entrega a la Argentina «de un total de 15 millones de vacunas, que son 30 millones de dosis, para ser entregadas de diciembre a marzo».
Pero la expectativa de provisión de vacunas a la que apuesta la Casa Rosada no se limita al suministro, ya en marcha, con Moscú, pues en las últimas horas la Argentina fue notificada por el Fondo de Acceso Global para Vacunas Covid-19 (COVAX por sus siglas en inglés, que integran actores públicos y privados y encabeza la Organización Mundial de la Salud) sobre el número de vacunas que recibirá a partir de la segunda mitad de febrero y durante el segundo trimestre de este año.
La notificación, en paralelo a la de otros 35 países de América Latina, se produjo ayer y fue informada hoy por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
La distribución de esas vacunas respetará un criterio equitativo, tendrá en cuenta la situación epidemiológica de cada país.y se hará a un precio mayorista: los Estados las pagan a precios regulados, justamente por la intervención de COVAX, que hace compras centralizadas y distribuye luego proporcionalmente a medida que va recibiendo las dosis por parte de los laboratorios productores, informaron a Télam desde el Ministerio de Salud.
En la cartera de Ginés González García anticipan que a la Argentina le corresponderá un total de 9 millones de dosis (para aplicar a 4.500.000 de personas, el 10% de la población) para todo el primer semestre de 2021 aunque en el primer reparto entre los 35 países latinoamericanos recibirá 3 millones de dosis, un tercio de la previsión, todas desarrolladas por el laboratorio sueco-británico Astra-Zeneca.
En paralelo al acuerdo por Sputnik V y las entregas que vaya haciendo el Fondo de Acceso a las Vacunas que motoriza la OMS, el Gobierno mantiene negociaciones con otros proveedores internacionales, como las empresas farmacéuticas Johnson & Johnson, Moderna y Sinopharm, también llamada China National Pharmaceutical Group.
Otra alternativa es el esquema de colaboración para producir vacunas de AstraZeneca en América Latina a partir de la asociación del laboratorio argentino mAbxience, del empresario Hugo Sigman, y la empresa Liomont, de México.
En suma, la apuesta del Estado argentino para abastecerse de la cantidad de dosis que requiere un plan masivo de vacunación sigue siendo, como planteó el presidente Alberto Fernández en su visita a Chile, «poner fichas en todos los lugares donde se hicieran vacunas».
«Lo hicimos convencidos de que cualquier vacuna iba a ser una vacuna saludable, porque los que las estaban desarrollando son organizaciones en términos científicos de primera magnitud, reconocidas en el mundo entero, privadas o públicas», dijo el Presidente en Chile durante una rueda de prensa.
Además, a juzgar por la evolución de los acontecimientos, la diversificación de la oferta de vacunas terminó siendo una decisión preventiva y acorde a lo que está en juego.
El propio jefe de Gabinete, en sus declaraciones radiales de hoy, advirtió que la cooperación internacional se debilita a medida que llega la etapa de vacunar a la población de cada país: «Fijémonos que la pandemia ha tenido momentos de mucha cooperación (entre los países) pero en el momento de la vacuna se empieza a cerrar y esto hace que las potencias del mundo estén concentrando la compra», advirtió.
«Hay un problema mundial con el tema de la producción», agregó Cafiero en alusión a la demanda simultánea de muchos gobiernos y la revisión a la baja de la producción por parte de varios laboratorios.