Por Alejo Pombo
El Gobierno nacional está considerando aplicar un nuevo aumento en las tarifas de luz y gas en septiembre, que podría ser de un 4% promedio en las facturas de hogares, industrias y comercios. Esta decisión se enmarca en un contexto de ajuste tarifario que también incluirá un incremento en las tarifas de agua y cloacas del 4,3% en el área metropolitana, a cargo de Aysa.
Además, los usuarios del transporte público en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires sentirán el impacto de la eliminación de subsidios al colectivo, mientras que los combustibles subirán un 2,5% promedio en todo el país debido a un nuevo diferimiento del impuesto a los combustibles líquidos (ICL).
El equipo económico, liderado por Santiago Caputo, está analizando la magnitud de las subas que se implementarán en el sector energético. Las proyecciones iniciales indican que las alzas en electricidad y gas estarán entre un 2% y un 4%, afectando tanto al transporte como a la distribución.
La inflación de julio se ubicó en un 4%, y el Ministerio de Economía prevé un índice similar para agosto. Sin embargo, la continuidad en el aumento de tarifas podría seguir limitando la capacidad de recuperación del poder adquisitivo de la población, afectando el crecimiento económico, según señalan analistas.
De acuerdo con la Secretaría de Energía, actualmente los usuarios residenciales cubren el 57% del costo «real» del gas y el 64% del costo de la electricidad. El resto es cubierto por subsidios, y Caputo evalúa un plan para que los usuarios asuman el 100% de estos costos en el futuro. Sin embargo, esta decisión dependerá de la situación social y del objetivo de mantener la desaceleración de la inflación en los próximos meses.
