Por Gabriel Rodriguez
El destructivo temporal que azotó la localidad de Miramar no solo dejó a su paso daños materiales y dos víctimas fatales, sino también actos vandálicos que agravaron la situación. Una de las víctimas, Mónica García, quien perdió la vida después de ser golpeada por una rama de árbol durante la tormenta, sufrió el robo de sus pertenencias mientras se encontraba inconsciente.
Los familiares de García confirmaron que, estando incapacitada tras el incidente, le sustrajeron una riñonera que contenía documentos y dinero. Ante esta situación, los allegados iniciaron una campaña en redes sociales para recuperar al menos la cédula, facilitando así los trámites correspondientes. Finalmente, el DNI de la mujer fue dejado en el hospital, permitiendo a las autoridades entregar el cuerpo a sus familiares.
Además de este acto deplorable, un grupo de malhechores aprovechó la situación para robar alrededor de 400 metros de cable de media tensión que habían caído durante el temporal. Este hurto dejó a gran parte de la ciudad sin suministro eléctrico. La empresa proveedora del servicio, EDEA, condenó la acción a través de un comunicado, lamentando no solo el daño económico sino también las demoras y tareas adicionales que implica en la reparación de las conexiones afectadas.
A pesar de la desolación y los actos delictivos, la comunidad de Miramar se encuentra abocada a la recuperación y normalización de la situación, con la esperanza de superar los desafíos impuestos por este desastroso fenómeno meteorológico.
