Por Gabriel Rodriguez
La titular de Agua y Saneamientos Argentinos (AySA), Malena Galmarini, ha respondido a las declaraciones del presidente electo, Javier Milei, quien expresó su intención de privatizar la empresa estatal.
Milei había señalado que «todo lo que pueda estar en manos del sector privado, va a estarlo» y mencionó que AySA, anteriormente conocida como Aguas Argentinas, funcionaba mejor en manos privadas.
Galmarini, a través de su cuenta en una red social, contraatacó afirmando que «Aguas Argentinas solo extendió las redes a los barrios donde podían pagar». Además, resaltó los logros de AySA en los últimos cuatro años, indicando que construyó 4.000 km de redes, incluyó a 1.500.000 vecinos en la red de agua y 1.600.000 en la red de cloacas. También destacó el trabajo conjunto con organismos internacionales de crédito para avanzar en obras trascendentales y en las conexiones domiciliarias de familias humildes.
La disputa sobre la privatización de AySA refleja las diferencias ideológicas en torno al rol del sector público y privado en la gestión de servicios esenciales. La discusión sobre la eficiencia y la equidad en la prestación de servicios públicos continuará siendo un tema clave en el debate político argentino.
