Por Gabriel Rodriguez
El diputado nacional por Republicanos Unidos Ricardo López Murphy, que integra Juntos por el Cambio, afirmó que el ex presidente Mauricio Macri no está en el control del proceso que definirá el rumbo de la oposición frente a las elecciones generales del próximo año.
Además, no se bajó de una posible precandidatura presidencial, aunque aclaró que desde su espacio prioriza el debate para «jerarquizar» las discusiones internas: «Tengo disposición. Nos vamos a hacer cargo de lo que se haya que hacerse cargo».
Por otra parte, en una entrevista con NA, opinó sobre el ministro de Economía, Sergio Massa, y su paquete de medidas a casi dos meses de ingresar a la cartera que dejó Silvina Batakis: «Me temo que un día descubramos, no muy lejos en el tiempo, que todo esto no tiene fundamento y tengamos un disgusto muy grande».
Sin embargo, señaló que el ex presidente de la Cámara de Diputados logró cambiar la «retórica» al «sentido común».
La siguiente es la entrevista:
NA: -A más de un mes de la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía. ¿Qué balance hace?.
RLM: –Tengo la sensación que acá se corrió la arruga. Se renovó parte de la deuda, que le dio aire, se anticipó el cobro de exportaciones con el tipo de cambio -muy alto- para la soja y se postergaron los pagos de importaciones. Todo eso es artificial.
Nosotros tenemos un problema muy serio en nuestras cuentas externas y en el país, que desequilibran el funcionamiento de nuestra economía. Le voy a dar datos que me tiene muy alarmado: el primero es que llevamos tres meses de déficits comerciales. Como si esto fuera poco, nos enganchamos al dólar, que es la divisa que más se valora en el mundo.
El crecimiento de la Argentina debe ser basado en la inversión, empleo, exportaciones. No tenemos espacio ni recursos para otra cosa. Me temo que un día descubramos, no muy lejos en el tiempo, que todo esto no tiene fundamento y tengamos un disgusto muy grande.
-Usted definió al dólar soja como absurdo. ¿Podría profundizar en la definición?.
–Le dio un tipo de cambio más alto a la soja, que a los medicamentos, al vino premium argentino, a las manufacturas, a la industria del conocimiento. Nunca ocurrió eso. En general, el tipo de cambio de la soja fue el más bajo de todos. Cristina decía que era un yuyo. La lógica fue que los bienes con mucha elaboración tuvieran más alto. Acá se invirtió esa relación por una especulación de muy corto plazo para que anticipen el financiamiento de exportaciones y una inmensa ganancia financiera.
Si hay un problema con el tipo de cambio, no es la soja, es en toda la economía.
-En el nuevo esquema de poder del oficialismo. ¿En qué posición quedó el presidente Alberto Fernández?.
–Da la sensación de debilidad respecto a la situación anterior, pero no olvidemos que él tiene la firma. Si él (Alberto Fernández) se quiere plantar, tiene todos los instrumentos y atributos para hacerlos, pero el problema no es esto. El problema es que hace discursos inexplicables: fue a hablar a favor de Venezuela cuando la Comisión de Naciones Unidas de Derechos Humanos dijo que las torturas y los asesinatos se ordenaban desde la oficina de Nicolás Maduro.
-¿Massa puede revertir la situación desde su rol?.
–En mi opinión la suerte está echada. Los problemas que hay que corregir en la Argentina no se arreglan con un maquillaje de correr la arruga un trimestre. Todos estos malabares no cambian el problema. Ahora, ¿usted me quiere decir que Massa cambió la retórica? Es cierto. De una retórica anti empresarial, ligada a propuestas demenciales, pasamos a decir que la política monetaria importa, la política fiscal importa, hay que atraer inversiones – chocolate por la noticia-. Pero la situación en que estamos, que la retórica haya cambiado al sentido común, nos llama la atención.
-¿Cómo observa la interna en Juntos por el Cambio?.
–Es inevitable que la coalición tenga matices. No creo que los matices sean muy grandes, estuve en las discusiones… .
-¿Por dónde pasan entonces?.
–Por temas que la opinión pública le prestó poca atención. No creo que en la resolución de los problemas económicos, sanitarios, judiciales o de defensa, no fueron nunca cosas que nos llevaran a una fricción. Sí hay un debate profundo en cómo asegurar la gobernabilidad y el monopolio de la fuerza en el estado legítimo de derecho.
-¿Produjo algún efecto la llegada de Sergio Massa al Gobierno en Juntos por el Cambio?.
–Yo no lo noté. Las disputas o aspiraciones de ocupar un lugar en el ticket presidencial son las mismas que antes. Si algo produjo eso es que no tienen un plan de envergadura y del calado necesario para lidiar con los problemas de la Argentina, la pregunta es si lo tenemos nosotros.
-¿Puede responder usted?.
–Creo que sí, pero eso requiere que comprendamos que la crisis es muy profunda. No es crisis porque hubo un shock negativo. Nunca las circunstancias fueron más favorables que ahora para el país y estamos en una situación desesperante. Eso revela un problema de carácter muy estructural que requiere reformas de esa estirpe. A veces, hay negación de la realidad, que es natural creer que se tiene tiempo en expectativas sociales, pero yo creo que no va a haber tiempo de nada. Va a haber que actuar desde el primer día.
-El ex presidente Mauricio Macri levantó el perfil en las últimas semanas. ¿Cómo lo ve?.
–Los expresidentes son siempre un tema en todas las sociedades. A mí me parece que los norteamericanos le encontraron la vuelta con eso de hacerle la biblioteca y asignarles un papel en las cuestiones valorativas. Siempre es un tema. Inevitablemente ellos van a opinar y su peso en la opinión pública refleja el hecho de haber ocupado la primera magistratura. Por ejemplo, a mí no me preocupa ni me afecta en un sentido u otro. Probablemente, creo que es difícil ser ex presidente y comprender esa realidad que ya no está en control del proceso y no tiene el poder que tuvo.
-¿Macri no está en el control del proceso?.
–Ni él ni ninguno, es una coalición muy polivalente y amplia. Pero no creo que nos haya perjudicado. Él tiene opiniones y yo también sobre lo que hay que hacer.
-¿Hacia qué interna se aproxima Juntos por el Cambio?.
–A una muy competitiva. A finales de mayo se resolverá quiénes van a las candidaturas. Se va a demorar eso porque lo lógico es que esclarezcan un programa… Más que un programa, criterios de políticas públicas y tengamos una narrativa consolidada para competir bajo ese paraguas. Esto me parece la mejor garantía de gobernabilidad que le podemos dar a la sociedad.
-Roberto García Moritán, legislador de Republicanos Unidos en la Legislatura porteña, expresó su deseo de que usted fuera precandidato presidencial. ¿Cuáles son sus aspiraciones?.
–Mi aspiración es que tengamos un programa, reglas de juego y una narrativa potente. Por supuesto que la fracción de la coalición que represento va a pretender que hagamos lo que haya que hacer. Yo tengo disposición para eso, no es que estoy negado, simplemente estamos tratando de jerarquizar el debate por el programa, las reglas de juego y la narrativa, en lugar de las candidaturas. Nos vamos a hacer cargo de lo que se haya que hacerse cargo.
-¿En todas las líneas?.
–En todas las que podamos. Una primera medición la vamos a hacer en marzo y principios de abril. Vamos a ver lo que tenemos, nuestro desarrollo y ahí tomaremos una decisión.
-¿Qué lugar ve más viable para competir?.
–El espacio me pide lo que dijo Roberto (García Moritán). A ellos les gustaría que hiciéramos una campaña clásica. Yo creo que eso nos debilita en el debate conceptual porque cómo podemos forzarlo sobre el programa, las reglas del juego y la narrativa, si lo primero que decimos es ‘yo soy candidato’. Entonces, estamos tratando de postergar ese debate.
-¿Tiene Juntos por el Cambio una musculatura suficiente para enfrentar el siguiente proceso electoral sin alguno de sus integrantes?.
–Sí.
-¿Usted dice si el kirchnerismo logra fracturarlo?.
–Eso sería inteligente de parte de ellos. Ahí nos pone en un problema.
-¿La eliminación de las PASO podría ser un problema?.
–No, eso no quiere decir que no lo podamos resolver, pero es costoso.
-En este contexto socioeconómico. ¿Cómo encuadra el juicio a la vicepresidenta Cristina Kirchner?.
–Ese es un problema penal. Lo que está planteado es un problema penal. Ella plantea que está por encima de los mortales.
Ella ya fue juzgada por la historia y no está en el circuito de los mortales. Ella no puede ser juzgada como yo. Fariña dice algo muy interesante: ´Cristina y sus abogados no se defienden jurídicamente, sino políticamente´. Eso, en alguna medida, significa que no puede ir contra la prueba jurídica. Eso es lo grave, que quiera no estar en las reglas de juego del resto de los mortales. Hay que tener un problema de apreciación psicológica muy grande. Es decir, una autoestimada que está fuera de órbita.
-¿Cómo la ve ante las situaciones que atraviesa? Causa Obra Pública, intento de atentado en su contra…
–Todos esos temas están en una discusión. El juicio sigue… Tengo confianza en quienes realizan la investigación (sobre el atentado). Debo reconocer que me impresiona lo que pasó ahí. Por ejemplo, siendo diputado nacional hicimos un pedido de interpelación al ministro de Seguridad (Aníbal Fernández). A mí me parece que los protocolos de esa noche se violaron todos. No creo que haya nadie en la fuerza de seguridad que se anime a decirme que el protocolo estuvo bien seguido. Yo no creo que esto la favorezca, vamos a esperar el final de la investigación. Creo que hay mucha gente loca. A lo mejor 6,7 u 8 locos se juntaron para cometer un homicidio. Es una cosa loca que me tiene impresionado porque yo ando todo el día solo por la calle, no tengo esa inmensa custodia, y locos puede haber del otro lado también.