En varios puntos de la provincia de Buenos Aires, como en Santa Fe, Entre Ríos y muchos otros lugares del país, los ciudadanos sufrieron inundaciones ante las últimas inclemencias del tiempo. Muchas personas perdieron sus pertenencias en un instante y los gobiernos parecen no contener esa situación.
En la ciudad de La Plata, por ejemplo, varias calles quedaron anegadas tras una lluvia copiosa que se desató en la región durante la madrugada. Los vecinos aseguran que ya es una situación común que se inunde cada vez que hay precipitaciones, por falta de inversión, con obras que escasean y bocas de desagües tapadas.
En Luján, muchas veces se ha visto la postal de la catedral inundada, por la falta de inversión en obras de gran envergadura, siempre postergadas, para que el río no se desborde y arruine la vida de miles de personas que pierden todo en solo unos minutos.
La ruta 7 en la provincia de Santa Fe fue literalmente tragada por el agua tras el desborde de la laguna La Picasa. Cientos de productores rurales cuentan sus pérdidas a granel, y sin una ayuda concreta de los políticos que han sido elegidos para solucionar los problemas de la sociedad.
En todos estos casos, la asistencia parece quedar postergada, no solamente no se actúa con inmediatez, sino que en muchas situaciones, la ayuda nunca llega.
Nuevamente la comparación con la provincia de San Luis se hace evidente. La semana pasada los vecinos del barrio La Ribera sufrieron las consecuencias de una inundación que llevó el agua a medio metro dentro de varias viviendas. Muchos vecinos perdieron gran cantidad de electrodomésticos, muebles, indumentaria, etc. El panorama pareció ser similar a otros lugares, mucha gente inmersa en la desolación por peder lo que les ha costado conseguir con esfuerzo y trabajo.
Pero la diferencia en San Luis la marcó la asistencia. No solo fue una asistencia inmediata, dado que en menos de una semana muchos ya habían recuperado sus cosas, sino que se trató de contener y escuchar los reclamos de los vecinos que exigían respuestas de sus funcionarios.
Algunas autoridades explicaron que los anegamientos se dieron por un taponamiento en la obra de desagües del barrio, que se realizaba en la obra de La Pedrera, y otro por la falta de conducción en los canales ya existentes.
Ante este escenario, el Gobierno le exigió a la empresa constructora que se hiciera cargo de los daños y luego de una rápida acción y coordinación, los vecinos recibieron en al menos 72 horas, las pertenencias que se habían arruinado con el agua.
Sin embargo, aún ante esta respuesta, algunas personas reaccionaron con desbordes y otros con cierta picardía pidieron más de lo que habían perdido, dejando la puerta abierta para el oportunismo. Aún así, la asistencia llegó a todas las familias que se vieron perjudicadas. ¿Que nunca es suficiente? Sí, en las situaciones críticas seguramente siempre falta algo, pero este deber ser el deber de un servidor público: trabajar para solucionar los problemas de la gente con la inmediatez y la eficiencia necesaria, para que la ayuda sea efectiva y concreta.
El gobernador Alberto Rodríguez Saa. Siempre presente con los más necesitados. Eso es tener planes de contingencia para cada, situación nada esta al azar en san luis.
y ni hablar de la cuenca del salado nunca se hizo nada… acá hubo una respuesta inmediata y soluciones concretas a los problemas en menos de trea dias.
Demás esta decir que somos un ejemplo de Provincia , esto no sucedería si no tuviéramos el gobernador que tenemos , San Luis siempre un paso más adelante
No perdamos memoria. El ridículo de MACRI decía: «y bueno, cuando em algún lugar falta el agua en otros sobra». Y pensar que nos gobierna un tipo así.