Por Alan Fox
El papa Francisco exteriorizó hoy su dolor por los inundados en Pakistán y por las víctimas de la guerra en Ucrania, al cumplirse seis meses de la invasión de las tropas rusa a ese país.
Lo hizo antes de iniciar el Ángelus que celebró tras la misa que presidió en la Basílica de Collemaggio en la ciudad de L’Aquila.
Minutos antes de abrir la Puerta Santa con el que se da comienzo al jubileo Celestiniano, Francisco se refirió a las víctimas de las inundaciones de Pakistán, «de proporciones desastrosas».
«Rezo por las numerosas víctimas, heridos y desplazados y por la pronta y generosa solidaridad internacional», sostuvo el Sumo Pontífice.
Las autoridades paquistaníes confirmaron que a causa de las lluvias torrenciales que afectan a ese país desde el 14 de junio pasado, sobre todo a la provincia de Sindh, ya hay 1.033 fallecidos y 1.527 heridos.
En las últimas horas se contabilizaron 119 muertos y 71 heridos.
Asimismo, y como es habitual en los ángelus del Papa, rezó por el pueblo de Ucrania, tras cumplirse seis meses desde la invasión rusa al país del este europeo.
«Rezamos Juntos por el pueblo ucraniano y por todos los pueblos que sufren las guerras. Que el Dios de la #paz reavive en los corazones de los responsables de las naciones el sentido humano y cristiano de la piedad, de la misericordia», precisó el jefe de la Iglesia Católica.
Tras el Ángelus, Francisco se desplazó en procesión a la Puerta Santa de la basílica de Collemaggio, acompañado del arzobispo de L ´Aquila, los obispos concelebrantes y las autoridades de la región.
De esta manera, realizó el rito de apertura de esta Puerta Santa para que los peregrinos puedan gozar de la indulgencia plenaria en este jubileo Celestiniano que culminará este lunes.
Esta fue la segunda vez que el Papa procedió a la apertura de una Puerta Santa fuera de Roma, ya que la primera fue en 2015 en Bangui, ciudad de la República Centroafricana, con motivo del Año Santo de la Misericordia.
Durante el rezo, el Sumo Pontífice remarcó que «la misericordia es la experiencia de sentirse acogido, restaurado, fortalecido, curado, animado», al tiempo que agregó: «Ser perdonado es experimentar aquí y ahora lo más parecido a la resurrección».
«La Palabra de Dios de hoy nos invita a ser humildes y mansos. Partiendo de nuestras miserias, la humildad nos hace apartar la mirada de nosotros mismos y dirigirla hacia Dios», indicó Francisco.
Respecto a la celebración del jubileo Celestiniano, señaló: «Celestino V fue un valiente testigo del Evangelio. En él admiramos una Iglesia libre de la lógica mundana y que da pleno testimonio de ese nombre de Dios que es la Misericordia».