Por Gabriel Rodriguez
El Gobierno anunció oficialmente la decisión de aplazar el aumento en el impuesto sobre los combustibles líquidos (ICL) mediante el Decreto 375/2024 publicado en el Boletín Oficial. Esta medida, que traslada los efectos de la subida prevista para mayo a junio, busca estimular el crecimiento económico y garantizar un camino fiscal sostenible.
Según el documento oficial, la postergación tiene como objetivo brindar previsibilidad al sector y asegurar que no habrá incrementos en el impuesto durante el mes de mayo. Esta no es la primera vez que se pospone la actualización del tributo, ya que anteriormente se había retrasado a fines de enero.
El ministro de Economía, Luis Caputo, justificó la medida afirmando que, dada la situación fiscal, se prioriza la reducción de la inflación sin aumentar la carga sobre la clase media. Esta decisión se enmarca en un contexto más amplio de esfuerzos por reducir la inflación y eliminar el déficit fiscal.
A pesar de la postergación del aumento en el impuesto, los precios de la nafta y el gasoil aumentaron un 4% desde el 1 de mayo, debido a la devaluación mensual del peso frente al dólar y al aumento en el precio del barril de petróleo. Se estima que, de haberse aplicado la actualización prevista, el incremento habría sido del 8%.
En consecuencia, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), la nafta súper pasó de $837 a $870, mientras que la nafta premium subió de $1.033 a $1.074. Por otro lado, el gasoil común aumentó de $883 a $918, y el gasoil premium de $1.123 a $1.167.