6 diciembre, 2024

El 50% de los argentinos vive con menos de $8.200 por mes

La desigualdad subió en el tercer trimestre 0,2 puntos porcentuales respecto del trimestre anterior y anotó así una caída interanual de 0,3 puntos, informó este jueves el Indec en su informe sobre la Evolución de la distribución del ingreso.

La baja interanual de la desigualdad obedece a que en la comparación del ingreso per cápita de los hogares, la brecha entre el 10% más rico de la población y el decil más pobre se redujo de 19,9 a 19,3 veces entre el tercer trimestre del año pasado y este último.

De acuerdo a los datos de la Encuesta Permanente de Hogares, el decil más pobre tuvo ingresos familiares per cápita por hasta $2.733 mensuales, mientras que el 10% más rico tuvo ingresos en su hogar por al menos $22.295 por persona por mes. En tanto, el 50% de los argentinos hasta septiembre vivía con un ingreso mensual familiar equivalente a hasta $8.200 por persona.

En la comparación interanual lo que se observa es un detrimento de los ingresos de todos los deciles frente a la inflación. Pero en particular de los sectores medios frente a los más altos y los más bajos -que contaron con la contención de la seguridad social-. Mientras que para el decil quinto el ingreso mediano subió 25% en el año (contra una inflación interanual cercana al 34% en el tercer trimestre), para el decil más bajo el ingreso ganó un 28,6% y para el decil más alto, 29%.

Así, cuando se trasladan los datos del ingreso familiar per cápita al coeficiente de Gini (que oscila entre 0 y 1, siendo 0 la distribución del ingreso perfectamente igual) se observa que en el tercer trimestre llegó a 0,424, 2 décimas porcentuales más que en el trimestre anterior, pero 3 décimas porcentuales menos que en igual período de 2017.

Cuando se analiza la distribución del ingreso ya no por grupo familiar, sino individualmente, el Indec relevó que el 60,6% de la población cuenta con ingresos propios. Mientras que un 39,2% de la población no tiene ingresos laborales ni de otras fuentes, como las jubilaciones y pensiones, o subsidios.

Del total de la población, solo el 31,5% tiene ingresos laborales como asalariado. Y allí la desigualdad también es notoria. Mientras que entre el 10% más pobre de los asalariados solo el 13% tiene aportes jubilatorios, entre el 10% más rico, el 94% está en blanco.

Esta desigualdad también se replica por sexos. Mientras que en el decil más pobre de la población 69% son mujeres, en el decil más rico 65% son varones.