Por Alejo Pombo
El serbio Novak Djokovic, número 1 del mundo, se coronó campeón olímpico al derrotar al español Carlos Alcaraz en una electrizante final de los Juegos Olímpicos de París 2024. Con parciales de 7-6(7-3) y 7-6(7-2), Djokovic se impuso en un duelo que mantuvo al público al filo de sus asientos durante dos horas y 50 minutos.
Ambos tenistas llegaron al enfrentamiento sin ceder un solo set en el torneo, demostrando su dominio absoluto en cada ronda. La final, disputada en la icónica cancha Philippe Chatrier, fue un despliegue de talento y resistencia. A lo largo del primer set, ninguno de los dos logró quebrar el saque del rival, llevando el partido al tiebreak, donde Djokovic sacó ventaja con un 7-3 en 93 minutos de juego.
El segundo set continuó con la misma intensidad, con ambos jugadores defendiendo sus saques sin errores notables. La tensión aumentó al llegar a un nuevo tiebreak, donde el serbio demostró su experiencia y control, asegurando la medalla de oro con un 7-2.
Este triunfo no solo le otorgó a Djokovic su primera medalla de oro olímpica, sino que también completó su lista de logros, consolidando su lugar como uno de los mejores tenistas de todos los tiempos. La emoción fue evidente cuando el campeón, visiblemente conmovido, corrió a celebrar con su familia en las gradas.
Por su parte, Carlos Alcaraz, de tan solo 21 años, demostró por qué es considerado el futuro del tenis mundial, ofreciendo una resistencia formidable y asegurando la plata en sus primeros Juegos Olímpicos.
Ambos jugadores habían llegado a la final tras un recorrido impecable en el torneo. Alcaraz superó a rivales como el canadiense Felix Auger-Aliassime y el ruso Roman Safiullin, mientras que Djokovic dejó en el camino a nombres como Rafael Nadal y Stefanos Tsitsipas.
Este enfrentamiento olímpico marca el séptimo encuentro entre Djokovic y Alcaraz, con un balance ahora de cuatro victorias para el serbio y tres para el español, y será recordado como uno de los momentos más emocionantes del tenis en la historia reciente.
