La Justicia Federal de Goya imputó a Laudelina Peña, tía de Loan, por su participación en la sustracción y ocultamiento del chico desaparecido. Tras su indagatoria, la jueza Cristina Pozzer Penzo ordenó su detención, respondiendo al pedido de los fiscales del caso.
Peña se presentó en el juzgado a las 13:40 acompañada de su abogado, José Codazzi, y respondió a más de 60 preguntas. Fuentes de la causa confirmaron que Peña confesó haber plantado el botín de su sobrino en el naranjal del paraje Algarrobal para desviar la investigación. Fuera del juzgado, vecinos de Goya realizaban una intensa protesta.
Cuando se le preguntó sobre la ubicación del cuerpo de Loan, Peña dijo no saberlo. En un cambio notable en su relato, declaró que cree que su sobrino está vivo, a pesar de que una semana atrás había afirmado que Carlos Pérez, el principal detenido del caso, lo atropelló y mató. También mencionó que María Victoria Caillava la había amenazado para que guardara silencio.
Los fiscales Mariano de Guzmán, Alejandra Mangano y Marcelo Colombo habían solicitado la detención de Peña días atrás, sospechando que ella había plantado el botín de Loan para despistar la búsqueda. Inicialmente, Pozzer Penzo denegó el pedido por falta de pruebas suficientes. Los fiscales reunieron más pruebas, incluyendo pericias al celular de Peña realizadas por la Policía Federal.
Las pruebas que permitieron la acusación provinieron de pericias a los teléfonos incautados mediante el sistema UFED, análisis de comunicaciones y varios testimonios.
En paralelo a la declaración de Peña, el Instituto Médico Forense tomó nuevas muestras de ADN a la familia de Loan. Además, se allanó la Comisaría de 9 de Julio, a cargo de Walter Maciel, imputado por encubrimiento en la desaparición del chico. Se tomaron cinco nuevas declaraciones testimoniales, incluido el testimonio del párroco de la localidad.
Varios peritos esperaban la autorización de Pozzer Penzo para romper una losa en el cementerio de 9 de Julio, construida cerca de 20 días atrás, coincidiendo con la desaparición de Loan. La tumba fue analizada con un georadar sin resultados, lo que llevó a la decisión de romper la estructura como última opción.