28 marzo, 2024

Bolsonaro lleva a los militares al poder y entierra la era electoral del PT de Lula

El ultraderechista ex capitán Jair Bolsonaro fue electo hoy presidente de Brasil con el 55,14% de los votos al derrotar al profesor Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores, y se convirtió en un tsunami político que instalará por primera vez un gobierno electo con militares, educación con perfil evangélico y alto perfil antiizquierdista.

El ultraderechista ex capitán Jair Bolsonaro fue electo hoy presidente de Brasil con el 55,14% de los votos al derrotar al profesor Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores, y se convirtió en un tsunami político que instalará por primera vez un gobierno electo con militares, educación con perfil evangélico y alto perfil antiizquierdista.

Después de la campaña más violenta de la historia de Brasil, Bolsonaro afirmó que la población votó por un «cambio de rumbo» porque el país «flirteaba con el socialismo, el comunismo y el populismo» ante la posibilidad del regreso al poder del PT.

Como en la primera vuelta, Bolsonaro desde el diminuto Partido Social Liberal se mostró antisistema y pese a su retórica belicista, racista homofóbica y a favor de la tortura en la dictadura militar, logró convencer que una nueva página en la era institucional debería ser escrita a partir del 1 de enero y por cuatro años.

«Este gobierno será decente, defensor de la Constitución, de la democracia y de la libertad. Esto no es la promesa de un hombre o de un partido, es un juramento a Dios», dijo.

La victoria de Bolsonaro significó el quiebre de cuatro elecciones presidenciales ganadas por el PT, que tiene a su máximo líder, el ex presidente Luiz Inácio Lulad a SIlva, en prisión por corrupción en la Operacón Lava Jato.

Haddad, quien en setiembre asumió´la candidatura luego de que Lula fuera inhabilitado, dijo que hará oposición «defendiendo pensamiento y libertades» y convocó al PT a «reconectar con los pobres» para la próxima elección.

Dijo, también, que estará defendiendo con su 44% recibido «las amenazas» a los derechos sociales, laborales y humanos.

No llamó a Bolsonaro para felicitarlo debido al discurso de hace una semana en la cual el hoy electo presidente dijo que iba a «mandar a prisión» a su contrincante.

El futuro de Lula, que deben enfrentar otros procesos, parece no ser el de lograr la libertad que debe definir la corte suprema con este escenario.

Junto con un pastor evangelista aliado, hizo una oración que fue transmitida en vivo por todos los canales de televisión, mientras que en varias ciudades del país policías con uniformes y miembros del Ejército salieron a festejar mezclados con los civiles.

En los tres discursos que dio por la noche desde su barrio cerrado de Rio de Janeiro, frente a la playa de Barra de Tijuca, el ex capitán del Ejército y diputado llamó a la pacificación y dio alguna señales fuertes al mercado.

Bolsonaro pidió «convertir el déficit primario en superávit», por lo que habló de «eliminar privilegios» en la administración pública. «Vamos a quebrar el círculo vicioso de la deuda, será un gobierno para quebrar paradigmas», sostuvo.

Su ministro de Economía será Paulo Guedes, un financista carioca de la escuela económica de Chicago que pretende un programa de privatizaciones y seguir la reforma previsional que no pudo avanzar en el gobierno de Michel Temer.

El arrastre de Bolsonaro se dio también en los más importantes de los 14 estados en donde se dio también segunda vuelta: bolsonaristas ganaron en Sao Paulo, donde el magnate Joao Doria ex alcalde de Sao Paulo logró la victoria con el Partido de la Social Democracia Brasileña.

Lo mismo el ex juez ultraderechista Wilson Witzel, de Río de Janeiro, que venció pro el 60% de los votos, así como Romeu Zema, del partido ultraliberal Novo, que arrasó en Minas Gerais, segundo colegio electoral, con el 71,8% de los votos.

Bolsonaro ganó en todo el país y Haddad lo hizo en la región nordeste y en los estados norteños de Tocantins y Pará.

El PT ahora tendrá tres gobernaciones cuando tenía cinco en 2014 y el PSDB del ex presidente Fernando Henrique Cardoso logró retener la estratégica San Pablo y Rio Grande do Sul.

En Santa Catarina, un bombero ultraderechista llamado Comandante Moisés, del Partido Social Cristiano de Bolsonaro, ganó contra el 71% a otro candidato que defendía también al presidente electo.

El tsunami Bolsonaro se produjo luego de un período de protestas y crisis política y recesión, atravesada por los escándalos de corrupción y la destitución, en 2016, de la presidenta Dilma Rousseff.

Bolsonaro será investigado por la justicia electoral por presunta financiación ilegal de campañas a cargo de empresarios que financiaron por al menos cuatro millones de dólares fake news por la red Whatsapp contra Haddad.

El presidente Temer, por su parte, dijo que con el comicio el país llegará a una pacíficación y puso a disposición al equipo de transición, también para votar la reforma jubilatoria incluso este año.
En la Avenida Paulista y en Salvador, Bahía se registraron algunas peleas entre manfestantes.

Bolsonaro dio algunas pistas sobre su política exterior y repitió un discurso que aplicó Temer desde 2016, que es «evitar el perfil ideológico y reforzar el comercio con los países más desarrollados».

El presidente de Estados Unidos Donald Trump, explicó por Facebook el propio Bolsonaro, lo llamó para desearle suerte.

La elección tuvo el record de 21% de abstención -algo que no se daba desde 1998- y violencia sin precedentes, como la muerte de tres militantes de Haddad en las últimas tres semanas por parte de bolsonaristas.

El propio Bolsonaro, que defiende armar a la población civil a partir de enero con la reducción de exigencias para comprar armamento de fuego, fue víctima de un atentado a cuchillo que lo dejó internado 23 días, en los cuales acumuló una popularidad en las redes sociales mientras el resto hacía actos y buscaba espacio en la TV.