Al menos siete heridos, techos volados, árboles caídos y ventanales destrozados fue el saldo de la tormenta de piedra, lluvia y viento que azotó durante las últimas horas a la localidad de Buena Esperanza, cabecera del departamento Dupuy, a unos 230 kilómetros de la capital de San Luis, donde no habrá clases mañana en los niveles primario y secundario.
La tormenta comenzó alrededor de las 2.30 de la madrugada de hoy con la caída de piedra en seco del tamaño de una pelota de ping pong, señalaron testigos, que precisaron además que los heridos sufrieron «golpes y cortaduras por haber intentado resguardar sus autos y otros bienes».
La caída de piedra se extendió alrededor de 15 minutos durante los que “no se podía hablar dentro de las casas por el ruido que producían al golpear contra los techos y los frentes”, indicó un vecino, que precisó que el suministro eléctrico, que se había cortado por la tormenta, ya ha sido restituido.
“Esta mañana nuestro pueblo era un desierto y sólo se escuchaba a algunos animales que fueron afectados por la tormenta, y el lamento de comerciantes y vecinos que como en el caso de la estación de servicio local, que es toda vidriada, quedó literalmente destruida”, agregó.
