Whirlpool dejó de producir en Argentina y despidió a 220 trabajadores
Whirlpool cerró su planta de lavarropas en Pilar y despidió a 220 trabajadores, apenas tres años después de inaugurarla. La empresa argumenta altos costos locales y una apertura comercial que derrumbó los precios del sector. El cierre se suma a suspensiones y recortes en otras fábricas y agrava la crisis de la industria de electrodomésticos.

Por Alejo Pombo
Whirlpool confirmó el cierre definitivo de su planta de lavarropas en Pilar y despidió a 220 trabajadores. La fábrica había sido inaugurada en 2022 con la promesa de producir 300.000 unidades anuales y exportar el 70 por ciento, pero el plan quedó lejos de cumplirse. La compañía pasará ahora a un modelo exclusivamente importador.
Según la empresa, el proyecto se volvió inviable por dos factores: el alto costo argentino que impedía competir en mercados externos y la apertura comercial que derrumbó los precios internos. En octubre, los lavarropas se vendieron un 20% más baratos que un año atrás, lo que profundizó la pérdida de competitividad.
La firma negocia con la UOM la salida indemnizatoria de los operarios de producción y de áreas técnicas. El cierre repite un antecedente de 2003, cuando Whirlpool también abandonó la fabricación local para dedicarse a importar.
El caso se inscribe en un escenario generalizado: caída de la demanda, aumento de importaciones y costos industriales que superan a los de la región. MABE cerró su planta de Río Segundo; Electrolux suspendió 400 trabajadores en Rosario; y Autosal redujo personal ante la sobreoferta de heladeras. Según datos del sector, producir una heladera en Argentina cuesta hasta 40% más que traerla del exterior.
La salida de Whirlpool profundiza la preocupación en una industria que enfrenta precios internacionales más bajos, inflación en dólares y una carga impositiva que achica márgenes y acelera la sustitución de producción local por importaciones.
