Vecinos cercanos a Movistar Arena piden que cesen los ruidos y cortes de calles diarios
Por Ale Pombo
Vecinos autoconvocados de Villa Crespo exigieron una mesa de trabajo con el Gobierno porteño para que cesen los «ruidos molestos, concentración de personas y cortes de calles», entre otras problemáticas que sufrieron este año, por los eventos masivos que se realizaron «todos los días de la semana» en el megaestadio Movistar Arena, ubicado en ese barrio.
En un comunicado, los vecinos enumeraron «los trastornos» que viven «los siete días a la semana», entre los que mencionaron los ruidos y las concentraciones de personas «desde tan temprano que dificultan el paso en las veredas, principalmente a quienes circulan con alguna movilidad reducida o quienes van con niños o cochecitos».
También denunciaron «la contaminación lumínica permanente» por los carteles del megaestadio, los cortes de calle «que impiden el tránsito de quienes viven en la zona y genera caos de tránsito» y la saturación de estacionamientos y autos «estacionados sobre las veredas».
El predio lindero al estadio de Atlanta Don León Kolbowski se convirtió en Movistar Arena en 2017 cuando la Legislatura porteña aprobó la modificación del proyecto que autorizaba la construcción de un polideportivo a un «microestadio» privado exento de pagar ABL durante 40 años, «mientras el resto de los habitantes de CABA pagamos este impuesto que se incrementa mensualmente», añadieron.
«No hay que olvidar que este megaestadio de más de 25 mil metros cuadrados, con capacidad para 16.000 personas – dos veces el Luna Park-, se construyó en tierras públicas cedidas por la Legislatura Porteña al Club Atlanta que, a su vez, lo cedió en comodato al diario La Nación», apuntaron.
Asimismo, denunciaron «la situación de los vecinos con dificultades de movilidad» que quedan «presos» en sus propias casas, la imposibilidad de «organizar reuniones en nuestras casas porque no se puede llegar hasta nuestros domicilios» y las veredas que «terminan siendo muchas veces basurales o sanitarios».
«Las vibraciones que se producen con cada recital que no sólo impiden el descanso y/o cualquier actividad (provocan náuseas y mareos en muchas personas) sino que terminarán afectando severamente la estructura de los edificios», añadieron.
En ese marco, exigieron una mesa de trabajo con el Gobierno porteño y que se avance en «una ley para que se cambie el uso del megaestadio para eventos deportivos», tal como lo proponían en un proyecto de ley presentado hace tres años que «nunca fue tratado en la Legislatura», aseguraron.
Además, pidieron «que se le retire la exención de pago del impuesto de ABL al estadio».
«No vamos a bajar los brazos hasta que este monstruo creado por el Diario la Nación y la multinacional AEG, en acuerdo con los directivos del Club Atlanta y la complicidad del Gobierno de la Ciudad, deje de arruinarle a la vida a miles de personas», concluyeron.