Once pacientes con cáncer de mama metastásico escribieron el libro «Palabra de mujer»
«Sentir el viento en el pelo cuando me volvió a crecer» es el significado de la palabra «felicidad» para las 11 pacientes con cáncer de mama metastásico que escribieron el libro «Palabra de mujer», un diccionario con 140 términos que busca «darle una nueva interpretación a la vida».
Mediante diálogos profundos, repletos de vivencias y aprendizajes de esas mujeres, se desgranaron las palabras detalladas de la A a la Z a lo largo de la publicación, presentada hoy ante un auditorio colmado de especialistas, familiares y amigos de las pacientes.
«Mi palabra fue ‘vergüenza’, y surgió mientras contaba mi historia. Yo no tenía un pecho, me faltaba el pelo, y sin embargo mi marido jamás me lo hizo notar, sino que era yo quien se prejuzgaba. Ahora sé que no tengo que tener vergüenza porque mi esencia soy yo, y eso me lo hizo ver la persona que tenía al lado», contó emocionada a Télam Viviana Veiga, de 38 años, quien asistió a la presentación acompañada de su esposo y de sus dos hijas.
Mónica Shrem tiene 48 años y su cáncer está en remisión: «Lo que buscamos con este libro es que la gente pueda resignificar su vida como lo hicimos nosotras a partir de nuestra enfermedad».
«Uno a veces se pregunta por qué hay que llegar a situaciones límite para valorar lo que se tiene, y lo más importante es la vida. Por eso buscamos que no sólo ayude a personas con cáncer, sino a cualquiera», destacó.
La palabra que eligió Mónica fue»renacer», porque «cuando a uno le dan el diagnóstico vuelve a nacer y mira la vida de otra manera».
«La palabra cáncer está comúnmente asociada con la muerte y nosotras queremos asociarla con la vida, porque hay que apostar a la vida para poder salir. Es ahí cuando te das cuenta de que las preocupaciones, el apuro y el estrés no son importantes, y uno empieza a valorar el olor del café a la mañana o el viento en la cara, cosas que antes pasaba por alto».
Francesca Campolo, que tiene 64 años y enfrenta actualmente su segundo tratamiento por cáncer de mama, cuyo primer episodio fue en 1999 y el segundo en 2014, coincidió: «Uno suele dar las cosas por sentado y dice frases como ‘Hasta mañana’ o ‘Tomamos un café la semana que viene’ sin pensar».
«Por eso la palabra que elegí es ‘aprendizaje’, porque la vida es hoy, porque despertarse cada mañana es maravilloso y porque no se debe posponer por nada del mundo un café con una amiga o una sobremesa en familia», dijo con lágrimas en los ojos.
Según datos del Ministerio de Salud de La Nación, la incidencia de cáncer de mama en Argentina es de más de 19.000 casos nuevos por año, y dentro de ellos se estima que en el 30 por ciento la enfermedad progresará a estadios avanzados aunque haya habido un diagnóstico temprano.
El cáncer de mama es el tipo más frecuente de cáncer y representa la primera causa de muerte por esa enfermedad en mujeres en Argentina y algunos países de América latina.
«Se habla de metástasis cuando la enfermedad, que en este caso comienza en la glándula mamaria, se extiende a otras partes del cuerpo, como el pulmón, el hígado, los huesos o el cerebro», explicó a Télam la oncóloga del Hospital Italiano Liliana Zamora, quien también participó de la presentación.
La especialista alertó que si bien entre un 15 y un 18 por ciento de los casos presenta antecedentes familiares de la patología, «en un 75 por ciento de los cánceres de mama no había episodios familiares previos».
«En otros tiempos a esos tumores les teníamos mucho miedo, pero hoy no, ya que hay una batería terapéutica que genera una sobrevida global que antes no se lograba», detalló.
El libro, del que se publicaron 3.000 ejemplares que se distribuirán de forma gratuita en centros médicos oncológicos y ONGs, puede descargarse también gratuitamente de la página www.palabrademujer.com.ar.
La edición pudo realizarse gracias al apoyo de las organizaciones sociales Macma (Movimiento Ayuda Cáncer de Mama), Aciapo (Atención Comunitaria Integral al Paciente Oncológico), Acilco (Asociación Civil de Lucha Contra el Cáncer de Ovario) y Sostén, que brindan asesoramiento y contención a personas que padecen la enfermedad, así como del laboratorio Pfizer.
«Es una gran enseñanza encontrarle sentido al dolor, porque ayuda a enfrentar lo que te toca vivir de otra manera. No escapar al dolor te ayuda a caminar diferente y a andar más liviano», concluyó en diálogo con Télam Marta Artigas, de Aciapo.
