Las fuerzas de Seguridad de Bélgica ya tienen a dos hombres en la mira, como los sospechosos de los ataques ocurridos en Bruselas esta mañana. Se trata de Najim Laachraoui y Mohamed Abrini.
Laachraoui de 24 años nació en Siria, y de acuerdo a las fuentes de inteligencia, mantenía una permanente relación con Salah Abdeslam, quien fue detenido en el marco de múltiples operativos llevados a cabo en Bélgica el pasado viernes.
En febrero de 2013, el sospechoso dejó su país de origen para ingresar a Europa, y unirse a la célula terrorista del cerebro de los ataques en París.
Su nueva identidad fue Soutane Kayal, lo que le permitió moverse por el viejo continente, de hecho en septiembre pasado –antes de los ataques en París–, Laachraoui fue visto viajando en tren hacia Hungría con Abdeslam.
Según las pericias de los atentados en Francia, el ADN de Laachraoui apareció dos meses después en los explosivos encontrados en los lugares de los ataques. El mismo patrón genético sería hallado durante la búsqueda de la célula terrorista en los barrios belgas de Auvelais y Schaerbeek.
Por otro lado, Abrini -de 30 años de edad y originario de Marruecos- fue visto con Abdeslam a finales de octubre, apenas dos días antes de los atentados de París, según las imágenes de las cámaras de seguridad de una estación de servicio, donde estuvieron a bordo de un Renault Clio.
El automóvil sería encontrado durante las redadas policíacas en esa capital. Para los investigadores, el rol que haya cumplido durante los ataques de noviembre no está claro, aunque está probada su participación.