29 marzo, 2024

La Comuna destruyó 376 caños de escape adulterados

La dulce revancha de mucha gente que es aturdida sin piedad cuando a su lado pasa una moto con el caño de escape libre se cumplió. Ayer a la mañana una enorme aplanadora trituró cientos de estos accesorios que —al margen de cualquier moda— perjudican la salud de miles de vecinos y contaminan la ciudad.

Por Gabriel Rodriguez

Son accesorios secuestrados en operativos de tránsito. Una ordenanza permite su compactación.

La dulce revancha de mucha gente que es aturdida sin piedad cuando a su lado pasa una moto con el caño de escape libre se cumplió. Ayer a la mañana una enorme aplanadora trituró cientos de estos accesorios que —al margen de cualquier moda— perjudican la salud de miles de vecinos y contaminan la ciudad. El crujir de esos metales fue como un sonido justiciero. El procedimiento estuvo a cargo de la Municipalidad de San Luis que, por orden del juez de Faltas, Alejandro Ferrari, destruyó 376 caños de escapes libres o adulterados.

La compactación de los elementos surge de los controles viales. Cuando son detectados por los inspectores, los motociclistas infractores son conducidos hasta la base de Tránsito Municipal. Allí, para recuperar su rodado, deben quitar del vehículo ese escape ilegal y colocar el original. Luego de esto, el escape queda decomisado. Un mes después el juez de Faltas Municipal está facultado por la ordenanza 979 para su destrucción. Además, al infractor le cabe una multa económica que fija el magistrado.

La inutilización de los accesorios tuvo lugar en el Corralón Municipal. El acto estuvo encabezado por el secretario municipal de Transporte y Prevención Ciudadana, Facundo García. “Es un trabajo muy importante que realizan los inspectores, al detectar en los operativos a las motos que circulan con estos caños de escape tan perjudiciales para el medio ambiente, porque generan contaminación sonora y un enorme malestar a las personas con autismo”, indicó García.

Una ordenanza que protege

Al procedimiento de destrucción de caños de escapes ruidosos fue especialmente invitada Ada Ortega, titular de «Autismo San Luis», la entidad que nuclea a familiares de chicos con autismo en la ciudad. El objetivo fue crear conciencia a aquellos conductores de moto que, por seguir una moda, colocan en sus rodados este tipo de elementos que a los chicos con este trastorno perjudican en gran medida.

Ortega explicó que un niño con autismo puede percibir los sonidos hasta quince veces más que una persona convencional, y exponerlos a estos niveles de ruido puede provocar crisis, convulsiones, desmayos y pánico entre ellos.

“Más allá de que a nuestros niños les afecte directamente, es una ordenanza que toda la ciudadanía abraza porque molesta a todo el mundo el ruido de los caños de escape libres. Escucharlos es realmente absurdo”, opinó la mujer.