Por Gabriel Rodriguez
La Casa Rosada fue testigo de una intensa actividad centrada en avanzar con la aprobación de la Ley Bases en el Congreso, que se encuentra estancada debido a tensiones con los bloques aliados.
Con un fuerte hermetismo, el presidente Javier Milei estuvo presente durante algunas horas en la sede gubernamental y se retiró antes de las 17. También asistieron a la Casa de Gobierno la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei; el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem; el ministro de Economía, Luis Caputo; el embajador en Brasil, Daniel Scioli; el ministro del Interior, Guillermo Francos, y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse.
La mayoría participó en reuniones para avanzar con la ley ómnibus, a pesar del malestar de Milei por la demora y los cambios exigidos por la oposición dialoguista. Existe enojo por la presunta falta de vocación negociadora por parte de la gestión libertaria.
En este contexto, Milei insinuó que desfinanciará a los gobernadores debido a las resistencias que ponen a la ley, especialmente en relación con las retenciones. El presidente también aumentó la apuesta al afirmar que está «cerca de dolarizar», una declaración interpretada como una forma de ejercer presión para la aprobación de la normativa.
Karina Milei mantuvo un encuentro con Menem, y ambos charlaron animadamente en el Salón de los Bustos de la Casa Rosada. Posteriormente, Luis Caputo y Scioli protagonizaron una extensa conversación en el mismo lugar.
Se supo que Francos y Posse sostuvieron varias reuniones durante la jornada para lograr un acercamiento con la oposición moderada y evitar que la Ley Bases naufrague. La gestión Milei ha apostado fuertemente a esta iniciativa para llevar adelante su gestión, al menos en este primer tramo del mandato.
