Por Gabriel Rodriguez
En un hecho sorprendente, el nuevo interventor del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas), Carlos Casares, destituyó a Ramiro Pigliapoco, ex titular del área de Tecnología de Comunicación e Información del Enargas, tras descubrir dos servidores informáticos de alta potencia instalados sin declaración en la sala de sistemas de la entidad. La sospecha es que estos servidores se utilizaban para minar criptomonedas.
La intervención tomó conocimiento de la presencia no declarada de dos equipos, que aparentemente no guardaban relación con las funciones del Enargas y se presume que estaban siendo utilizados con fines ajenos a las competencias del organismo. Para esclarecer el caso, se ordenó una investigación interna.
La sala de sistemas en cuestión requiere validación mediante huella digital para el acceso, y Pigliapoco era uno de los pocos con autorización para ingresar. La investigación intentará determinar la propiedad de los servidores y si estaban destinados al minado de criptomonedas.
Pigliapoco presentó su renuncia un día antes de que se oficializara la creación de una comisión investigadora. Si las pruebas confirman el uso de los servidores para el minado de criptomonedas, se considerará llevar el caso a la justicia.
Este episodio sigue a anteriores controversias, como la filtración de una base de datos del Enargas en septiembre pasado y la contratación de una auditoría externa para investigar el área de Seguridad Informática. Los resultados de esta última se conocerán en las próximas semanas.
El interventor Casares busca regularizar la situación del Enargas, especialmente en el área de Tecnología, que experimentó un notable crecimiento durante la gestión anterior. La investigación sobre el posible minado de criptomonedas agrega un componente inusual a la dinámica interna del organismo regulador.
