En la primera sesión presencial, Diputados busca convertir en ley el proyecto de etiquetado frontal
Por Alejo Pombo
La Cámara de Diputados buscará este martes convertir en ley el proyecto de etiquetado frontal que busca advertir sobre los excesos de grasas, sodio y azúcar en los productos alimenticios, en el marco de la primera sesión presencial que realiza luego de un año y medio, en el que aplicó un sistema de funcionamiento virtual por la pandemia del coronavirus.
El presidente del cuerpo legislativo, Sergio Massa, citó a una sesión especial solicitada por la bancada del Frente de Todos, que conduce Máximo Kirchner, para debatir un conjunto de iniciativas con consenso en la mayoría de los bloques, luego de tres meses sin deliberar debido a la campaña electoral y a la falta de acuerdo entre los distintos espacios parlamentarios.
Será la primera reunión del plenario y marcará la vuelta al cuerpo legislativo de la presencialidad plena, interrumpida por la Covid-19, aunque en los últimos meses ya se había dispuesto aumentar la cantidad de legisladores presentes en el recinto al momento de realizar las sesiones.
De todos modos, para realizar la sesión especial, el Frente de Todos deberá conformar quórum con sus aliados ya que Juntos por el Cambio resolvió que debe ser el oficialismo el responsable de reunir el número reglamentario para iniciar la sesión debido a que el temario en debate forma parte de una agenda que no fue consensuada previamente con la oposición.
Fuentes de la bancada opositora señalaron que no estaban al tanto de la sesión ni fueron consultados por el oficialismo.
«Y tampoco nos abrieron el temario para incorporar temas de interés, así que suponemos que deben tener el quórum», aseguraron.
En ese sentido, fuentes legislativas de JxC plantearon: «La sesión es especial, así que el quórum lo consigue el que la pide».
La sesión fue convocada para las 11 del martes, con el objeto de debatir un amplio temario que tiene como tema central el etiquetado frontal de alimentos, un proyecto que busca advertir a la sociedad sobre los productos que tienen un alto contenido de grasas, sodios y azúcares, con el fin de ayudar a combatir la obesidad, la hipertensión y los riesgos cardíacos.
Además de este proyecto estratégico para la salud, que es resistido por algunas empresas de la alimentación, se debatirán proyectos como el que propone políticas transversales para las personas en situación de calle y otro referido a medidas vinculadas con la actividad de la vitivinicultura.
Será la primera sesión presencial de la Cámara baja, después de más de un año y medio, cuando el 27 de febrero de 2020 se trató en un plenario el debate por las jubilaciones de privilegio de los jueces, tras lo cual Diputados funcionó de manera mixta, en una combinación de lo presencial y lo virtual.
La sesión fue convocada para el martes para darle tiempo a los diputados de las provincias de viajar a Buenos Aires ya que el lunes deberían realizarse el hisopado correspondiente que exige el protocolo necesario para participar en la sesión de manera presencial.
La deliberación del pleno del cuerpo comenzará con el debate del etiquetado de alimentos, con media sanción del Senado, que fija pautas para una alimentación saludable y obliga a la colocación de una serie de sellos frontales en los envases de alimentos de comercialización masiva.
La iniciativa cuenta con el respaldo de diputados del oficialismo y la oposición pero también con el rechazo de los legisladores del norte del país -sin distinción de partido políticos- ya que sostienen que afectará la producción azucarera, por lo que promueven introducir modificaciones al texto aprobado en el proyecto del Senado.
También diputados del PRO proponen un dictamen de minoría para reformar la iniciativa sancionada por la Cámara alta.
El dictamen de mayoría, que se debatirá el martes en el recinto, prevé la incorporación en el frente de los productos ultraprocesados de una etiqueta con forma de octógono negro y letras blancas que advierta el exceso de nutrientes críticos para la salud, como azúcares, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías.
Además, determina que los productos que contengan entre sus ingredientes edulcorantes o cafeína tendrán que informar que su consumo no se recomienda en niñas y niños.
Por otra parte, el proyecto impulsa la prohibición de emitir publicidad comercial, dirigida a niños, niñas y adolescentes, de productos con sellos de advertencia.
Además, establece que los productos que tengan más de un sello de advertencia no podrán incluir dibujos animados, personajes, figuras públicas, regalos ni elementos que llamen la atención de niños, niñas y adolescentes.
Por otra parte, la iniciativa determina que, ante iguales condiciones, el Estado deberá priorizar la compra de alimentos sin estos sellos de advertencia.
La sanción de un proyecto de etiquetado frontal recibió el respaldo de organizaciones de salud, como también de grupos de consumidores y entidades que defienden el medio ambiente, que respaldaron la sanción de la Ley de Etiquetado Frontal en sus redes sociales.
«Necesitamos al Congreso abierto y que garantice un debate claro de cara a la ciudadanía. Ahora es responsabilidad de Todos los frentes políticos deben garantizar el quórum para su tratamiento y así todos juntos avanzar en el cuidado de la salud de las y los argentinos», manifestó la organización Consumidores Argentinos.
En tanto, la Fundación Interamericana del Corazón remarcó desde sus redes sociales que espera que el proyecto «que ha trascendido a los bloques políticos y contado con amplio apoyo en el Senado, sea tratado en la Cámara de Diputados con el mismo compromiso para que sea ley» .
Por otra parte, el plenario legislativo debatirá un proyecto del diputado Federico Fagioli (Frente de Todos-Buenos Aires) que promueve conformar una red de apoyo y ayuda a las personas en situación de calle a través de la coordinación de políticas transversales de salud, vivienda y trabajo para la gente «sin techo», iniciativa que ya cuenta con dictamen de comisión.
Otra de las cuestiones contempladas en el temario es una iniciativa originada en el Senado por Anabel Fernández Sagasti (FdT-Mendoza), que establece un régimen previsional especial para los trabajadores y las trabajadoras de viñas.