5 diciembre, 2024

El auge de la Inteligencia Artificial plantea desafíos fundamentales para el mundo del arte

El auge de la Inteligencia Artificial plantea desafíos fundamentales para el mundo del arte, entre ellos, la pregunta de quién o qué se considera el creador de una imagen generada por IA.

Por Ale Pombo

El auge de la Inteligencia Artificial plantea desafíos fundamentales para el mundo del arte, entre ellos, la pregunta de quién o qué se considera el creador de una imagen generada por IA.

Este dilema se volvió evidente cuando Jason Allen, un artista estadounidense, ganó un premio en Colorado por una obra generada a través de la plataforma de IA Midjourney y se enfrentó a críticas y acusaciones de robo.

Midjourney, junto con otros servicios de IA generadores de imágenes, ha proliferado en el último año, permitiendo a los usuarios crear imágenes a partir de sus ideas sin necesidad de conocimientos técnicos o artísticos. La IA se entrena utilizando miles de imágenes disponibles en internet, y el usuario simplemente proporciona una descripción o idea para que la plataforma genere las imágenes correspondientes.

Uno de los principales desafíos que plantea esta tecnología es la cuestión de los derechos de autor. La autoría de una imagen generada por IA no está clara y ha dado lugar a demandas legales en los Estados Unidos. Hasta ahora, la Justicia se ha pronunciado en contra de otorgar derechos de autor a obras creadas por IA, argumentando que carecen de «autoría humana».

El debate sobre la propiedad intelectual y la autoría en el arte se intensifica a medida que la IA se vuelve más popular en el mundo artístico. Algunos artistas sugieren que las obras generadas por IA deberían considerarse trabajos colectivos o de código abierto, ya que se basan en una amplia recopilación de obras disponibles en línea.

Desde una perspectiva filosófica, algunos argumentan que los modelos de IA no están «robando» el arte, sino que replican el proceso de aprendizaje humano, de manera similar a cómo un estudiante de arte aprende a pintar. Sin embargo, la IA en el arte desafía la concepción tradicional de que el arte es una expresión exclusivamente humana.

Para algunos artistas, como Stephanie Dinkins, la incorporación de la IA en su trabajo es inevitable, y ven la necesidad de comprender y relacionarse con esta tecnología en lugar de oponerse a ella. Otros, como Jason Allen, creen que la IA democratiza la creación artística y que oponerse a su avance es oponerse al arte en sí.

En resumen, el ascenso de la Inteligencia Artificial está provocando una profunda reflexión en el mundo del arte, cuestionando la autoría, la propiedad intelectual y la relación entre la creatividad humana y la tecnología. Este debate continuará evolucionando a medida que la IA se integre más en la esfera artística.