26 abril, 2024

EI volvió a reivindicar el ataque en Orlando y calificó a Mateen de «soldado del califato»

El grupo extremista Estado Islámico (EI) reivindicó hoy nuevamente la matanza en el boliche Pulse de Orlando que causó 50 muertos y 53 heridos y en manos del joven Omar Mateen, a quien calificó como un «soldado del califato».

El grupo extremista Estado Islámico (EI) reivindicó hoy nuevamente la matanza en el boliche Pulse de Orlando que causó 50 muertos y 53 heridos y en manos del joven Omar Mateen, a quien calificó como un «soldado del califato».

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«El hermano Omar Mateen, un soldado del califato, llevó a cabo una incursión de seguridad con la que logró irrumpir en una concentración de cruzados en el club nocturno de homosexuales de Orlando, donde mató e hirió a más de un centenar antes de ser asesinado», comunicó el EI a través de su emisora de radio Al Bayan.

Este mensaje salió luego del difundido ayer por la agencia Amaq, vinculada al grupo extremista, en el que expresaba en términos similares que la matanza fue obra de «un soldado del califato».

Desde el EI también insistieron en que «Dios permitió (a Mateen) atacar a los inmundos cruzados» y destacó que este atentado es «el mayor registrado en Estados Unidos por el número de muertos».

De esta forma, el EI confirmó la identidad del agresor, de quien se sabe que es un estadounidense de origen afgano que fue investigado en dos ocasiones entre 2013 y 2014 por el FBI por su posible vinculación con grupos radicales.

De acuerdo a la policía, el atacante hizo una llamada al 911 mientras retenía a «cuatro o cinco» rehenes en uno de los baños. En esa conversación «hubo una referencia al Estado Islámico», dijo el jefe John Mina en rueda de prensa.

Mateen, que portaba un fusil de asalto y una pistola compradas de forma legal, se atrincheró con rehenes en la discoteca frecuentada por gay, antes de ser abatido en un enfrentamiento con agentes de las fuerzas del orden.

El alcalde de la ciudad de Orlando, Buddy Dyer, declaró ayer que de las 50 personas muertas como consecuencia de la matanza en una discoteca gay de Orlando, 39 de ellas perecieron en el local y las otras 11 en el hospital.

El ataque, que empezó en torno a las 02.00 hora local del domingo, es el peor tiroteo masivo en la historia del país, y fue calificado por el presidente estadounidense, Barack Obama, como un «acto de terrorismo y odio».