Valentina Bassi alerta sobre la eliminación de permisos del REPROCANN
Por Maria Cruz*
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, anunció recientemente que el Gobierno tiene la intención de eliminar el REPROCANN, el Registro del Programa de Cannabis, con el objetivo de «empezar de cero» y evitar que la marihuana destinada a usos medicinales sea desviada hacia el mercado ilegal. Según Bullrich, esta medida busca combatir el desvío de cannabis, argumentando que “es ley el cannabis medicinal, no el desvío de marihuana hacia el mercado ilegal”. Sin embargo, la iniciativa ha generado fuertes críticas por parte de organizaciones y pacientes que dependen del programa.
La actriz Valentina Bassi, quien cultiva cannabis medicinal desde hace casi 10 años y se encuentra registrada en el REPROCANN, se pronunció en diálogo con medios especializados y afirmó:
“No se puede dejar a la gente sin su medicina, son derechos adquiridos que costó un montón conseguir”.
Bassi calificó además las declaraciones de la ministra de «dichos espantosos», añadiendo que “Primero se desinforma y después se destruye, es el modus operandi que veo en todas las áreas. Se desinforma, demoniza y después se destruye”. Para Bassi, eliminar los permisos afectaría a más de 170 mil pacientes que dependen de este sistema para cultivar cannabis con fines medicinales, un recurso vital para personas con epilepsia, trastornos autistas, dolores crónicos, artritis, fibromialgia y problemas de ansiedad y sueño.
La controversia también se centra en la comparación que hizo Bullrich sobre la potencia del THC, señalando que la marihuana cultivada en Argentina es más fuerte que la permitida en Uruguay, una afirmación que, según informes del Gobierno Nacional publicados en junio, carece de respaldo científico, ya que los cultivos legales están regulados para mantener concentraciones específicas de THC.
Con esta reforma, el Gobierno busca frenar el desvío de cannabis hacia el mercado ilegal, pero, como advierte Bassi, “quitarles la medicina de un día para el otro, sería catastrófico”, afectando la calidad de vida de numerosas familias y pacientes que han logrado un acceso a un tratamiento que ha costado mucho conseguir.