6 mayo, 2024

Barbados se convirtió en la nación que Alberto Fernández envidia sanamente

Es una isla pequeña y paradisíaca y desde el lunes 29 de noviembre de 2021, su pueblo decidió cambiar su organización política y dejar en el pasado la monarquía, para realizar una transición a un gobierno republicano y parlamentario que ha elegido a una mujer para convertirse en la primera primera ministra de su historia.

Por Alejo Pombo

Es una isla pequeña y paradisíaca y desde el lunes 29 de noviembre de 2021 se convirtió en la república más lozana del mundo, cuando su pueblo decidió cambiar su organización política y dejar en el pasado la monarquía, que la sujetaba a la soberanía británica de Isabel II del Reino Unido, para realizar una transición a un gobierno republicano y parlamentario que ha elegido a una mujer para convertirse en la primera primera ministra de su historia.

Si bien la isla era independiente de Gran Bretaña desde 1966, la reina más anciana del mundo perdió otra joya de su corona y el territorio famoso por su ron, sus playas y por la cantante Rihanna ahora tiene una figura política en ascenso.

Se trata de la primera ministra Mia Mottley, que ha confirmado su favoritismo en las urnas en las elecciones de noviembre pasado, cuando buscó su reelección proponiendo una ambiciosa agenda centrada en el desarrollo del país, la lucha contra la pobreza y una política exterior dirigida al multilateralismo, y será quien reciba al presidente Alberto Fernández tras su periplo por Asia que incluye visitas a Rusia y China.

Fernández visitará la isla en misión oficial pero, también, como titular de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), cargo que ocupa, en parte, gracias a naciones centroamericanas como Barbados que lo eligieron.

El país caribeño tiene unos 430 km2 y 97 kilómetros de costa jaqueadas por el crecimiento de las aguas marítimas producto del calentamiento global.

Se ubica en el puesto 181° de población a nivel mundial, con 279.912 habitantes y un promedio de 642 por km2. Con un PBI nominal de US$ 15.667 (2016) y un Índice de Desarrollo Humano (IDH) de 0,814 (2020), Barbados tiene como principal actividad económica el turismo y también la producción de caña de azúcar y ron. Recibe inversiones directas de Estados Unidos y Canadá.

Pero hay dos puntos principales, de enorme actualidad en Argentina, que Alberto Fernández puede envidiar sanamente si se comparase con el momento político que atraviesa Mia Mottley.

El primer aspecto es económico: Barbados ha logrado sortear las siempre complicadas revisiones de los burócratas del Fondo Monetario Internacional (FMI) que se enmarcan en el conocido y aborrecido por Máximo Kirchner y compañía artículo IV del organismo que lo habilita a realizar auditorías, trimestrales, que cubren cuestiones fiscales, monetarias, cambiarias y financieras.

Fuentes de prensa del organismo han señalado a NA que el artículo IV «representa una especie de chequeo médico periódico de las naciones miembro del organismo de crédito multilateral y es más importante la realización de esa auditoría que las recomendaciones o consejos sobre políticas económicas que puedan sugerirse a los gobiernos».

Los tiempos en los que los directores hemisféricos del FMI exigían cambios en materia de política económica parecen haberse terminado luego de las últimas crisis financieras mundiales y la aparición del coronavirus que ha traído consecuencias recesivas.

Sin embargo, el «chequeo» o la auditoría dictaminada en el artículo IV goza de plena vigencia y el gobierno de la presidente Sandra Mason y de la primera ministra Mia Mottley ha conseguido una nota de excelencia para su pequeño país.

Un guiño del FMI.

Hacia principios de noviembre, Barbados obtuvo un «green pass» del FMI para continuar con el fondeo del organismo y se colocó primero en la fila para recibir otros US$ 90 millones del Fondo, que le otorgó una calificación aprobatoria al programa de reforma económica del Gobierno.

Una delegación del FMI que auditó las cuentas durante cinco jornadas en Bridgetown, ciudad portuaria capital del país, también recomendó al directorio de la institución que su Servicio Ampliado del Fondo (EFF, por sus siglas en inglés) se complete con US$ 66 millones. La sugerencia figuraba en una declaración al final de la misión emitida por el líder del equipo del FMI en Barbados, Bert van Selm.

Estas conversaciones de noviembre pasado significaron la cuarta revisión del acuerdo de Barbados con el FMI, que se alcanzó en octubre de 2018, y Van Selm dijo que si bien hubo un acuerdo a nivel del personal del organismo con el Gobierno, ahora le correspondía al Directorio Ejecutivo del FMI aprobar las recomendaciones en el corto plazo.

Para un país cuyos principales ingresos provienen de la actividad turística, la crisis causada por el virus Sars-CoV-2 representó una bomba nuclear a sus expectativas de crecimiento.

«Barbados tardará de tres a cuatro años en volver a los niveles previos a la pandemia, pero recordemos que ya estábamos en recesión antes de la pandemia», dijo Marla Dukharan, economista con sede en Bridgetown.

Esta situación llevó a Mottley, de 56 años, a convocar elecciones a fines del año pasado para revalidar el triunfo obtenido en 2018.

Y el segundo aspecto por el cual el presidente argentino tendría un camino mas allanado, sin tantos sobresaltos parlamentarios de última hora, transcurre por la contundente victoria que obtuvo la primera ministra, lo que le facilitó una reelección que sorprendió a muchos de los que dudaban de sus posibilidades cuando convocó a votar, en noviembre pasado, de manera anticipada.

Su argumento principal para organizar los comicios fue: «Me preocupa que si entramos en 2022 como una nación dividida, atrofiaremos y frustraremos nuestro propio progreso», según decía.

Y ganó los 30 escaños del Parlamento de su país. Sí, se trató de una victoria contundente que no le dejo nada a la oposición, ubicada más a la izquierda del partido laborista de Mottley.

Analistas políticos de la isla caribeña señalaron que se trata del segundo triunfo contundente y total de la líder política que se reunirá con Alberto Fernández y la reciente victoria se debe, principalmente, a las políticas de contención por la crisis del coronavirus, la defensa de la república y el entendimiento alcanzado con el FMI.

Después de que el BLP, el partido de Mia Mottley, ganara los 30 escaños en el Parlamento en 2018, la dirigente reestructuró la deuda, que en ese momento representaba el 160% del producto interno bruto, y firmó un acuerdo de préstamo de US$ 465 millones con el Fondo exitoso.

«Ha sido, sin ningún lugar a dudas, una de las virtudes de su gestión por la que fue reelecta casi por unanimidad», aseguran en el Caribe.