3 mayo, 2024

San Luis sigue usando árboles contra los efectos negativos en la Cuenca del Morro

Un plan de forestación del gobierno local, que ya plantó más de 100.000 árboles, busca frenar y reencauzar el agua que proviene de la Cuenca del Morro, afectada por la desaparición del bosque autóctono suplantado por cultivos de soja y maíz.

Un plan de forestación del gobierno local, que ya plantó más de 100.000 árboles, busca frenar y reencauzar el agua que proviene de la Cuenca del Morro, afectada por la desaparición del bosque autóctono suplantado por cultivos de soja y maíz, lo que generó inundaciones, aluviones e imposibilito el consumo de agua en la zona.

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El proyecto del Ministerio de Medio Ambiente, Campo y Producción, que se inició en agosto último, lleva plantados 101.672 ejemplares y se propone llegar a 3 millones en febrero de 2017 para mitigar las consecuencias de la desaparición del bosque de Caldén, original de la cuenca, que fue reemplazado por la explotación de cultivos como soja y maíz.

Esta situación es el principal problema medioambiental con el que se enfrentan los puntanos, con la formación del denominado Río Nuevo que ocupa a científicos, técnicos, productores y vecinos de la Cuenca que, en épocas de altas precipitaciones, se ven afectados por aluviones de agua y barro.

El avance del río, con el arrastre de sedimentos y la salinización del agua en la cuenca baja, provocó perdidas casi totales a los productores, cortó rutas y caminos vecinales e inutilizó el agua para el uso agropecuario y humano.

Estos hechos generaron la respuesta gubernamental que comenzó con la siembra de pasturas naturales y árboles sobre las rutas provinciales y nacionales afectadas por los aluviones, que se intensifican en épocas de lluvias.

Las plantas no son utilizadas solamente para absorber agua sino que forman parte de una “forestación topográfica” que utiliza los árboles para ver cómo hacer variar los cursos de agua, frenar otros que aparezcan, nuevas cárcavas y el avance de material de sedimentación en lugares estratégicos de la cuenca alta y media, explicó el área de prensa ministerial.

El plan de forestación se lleva adelante también sobre caminos vecinales y las tareas en campo son realizadas por más de 400 trabajadores del Plan de Inclusión Social, bajo la dirección de la cartera medioambiental.

Las especies que se plantan en las zonas afectadas son álamos, en caminos vecinales; olmos y álamos en rutas, y en lugares muy fríos se foresta con acacia blanca, mientras que en zona de bañados y lugares anegados, que permiten la forestación, se utiliza el sauce grande, mimbre y llorón.