Oscar Parrilli fue secretario general de la Presidencia, luego titular de la AFI, y también trabajó con Cristina Fernández de Kirchner mientras la actual vicepresidenta fue opositora, primero desde el llano (diciembre del 2015 a igual mes del 2017) y luego como senadora. En la actualidad, es quien sigue de cerca la causa del espionaje ilegal, que la semana pasada cambió de juez: se hizo cargo Juan Pablo Augé en lugar de Federico Villena.
En esa causa, la noticia de esta mañana es que la fiscal Cecilia Incardona pidió las declaraciones indagatorias de Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, los números 1 y 2 de la AFI durante la presidencia de Mauricio Macri. Sobre el tema, Parrilli mantuvo un diálogo exclusivo con NA.
-¿Qué opina sobre el pedido de indagatoria, se hará efectivo?
-El pedido de la fiscal se veía venir, es lógico. Supongo que el juez le hará lugar. No tengo dudas que tanto Arribas como Majdalani estaban al tanto de las escuchas. Es más, las ordenaron ellos.
-¿Arribas y Majdalani directamente?
-Sí, ellos pidieron escuchas directas sobre mi teléfono, que se desarrollaron durante gran parte del 2016, entre febrero y septiembre. Silvia Majdalani hizo el primer pedido de intervención sobre mi teléfono. Igual no quiero que terminen presos porque sí, o por las dudas. A diferencia del tratamiento que hizo la Mesa Judicial del macrismo con nuestros dirigentes, quiero que se respeten las garantías constitucionales, el derecho de defensa y la presunción de inocencia.
-Las escuchas directas ordenadas por la AFI, y autorizadas, por un juez, son legales.
-Sí, pero depende cómo se usen. Mediante la figura jurídica llamada precausa, la AFI puede solicitar a un juez la intervención de un teléfono, sin brindar mayores detalles. Si el juez autoriza, esto sólo puede hacerse por un plazo de 60 días, luego prorrogable por otros 60 días más. Eso fue lo que hicieron Arribas y Majdalani conmigo, acusándome falsamente de haber robado información del organismo.
Una vez que los dos períodos, autorizados por la jueza federal María Romilda Servini de Cubría, se terminaron, fueron a buscar otra causa. Ahí entraron por una denuncia de Graciela Ocaña ante el juez Ariel Lijo, y tuvieron dos períodos de 60 días más. En definitiva, me escucharon durante gran parte del 2016. Lo único que descubrieron fueron mis conversaciones con Cristina, y que realicé dos viajes que no promocioné: a Londres para ver a Julian Assange, junto a Alicia Castro; y al Vaticano para ver al Papa.
-Pero todo ese detalle no vuelve a las escuchas ilegales.
-Depende cómo se considere la figura de precausa. Debería ser usada para combatir el terrorismo, el narcotráfico o delitos complejos; no para escuchar a un dirigente político. Es la figura que usaba Stiuso para escuchar gente que después se sentía extorsionada.
Por Lucio Di Matteo (NA)
