El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, buscará un nuevo mandato en las elecciones de 2018, anunció hoy el vicepresidente ejecutivo, Tareck El Aissami, en vísperas del diálogo que el gobierno y la oposición iniciarán este viernes, en el cual los adversarios del chavismo reclamarán garantías para esos comicios.
“Tenemos ya 18 gobernaciones, vamos a tener ya la gran mayoría de las alcaldías, tenemos ya la Asamblea Nacional Constituyente y vamos a tener, Dios mediante, pueblo mediante, la reelección de nuestro hermano Nicolás Maduro como presidente de la república”, dijo El Aissami.
“Es una gran contraofensiva ante el golpismo, ante la violencia terrorista, ante la guerra económica, ante la persecución financiera, ante las sanciones de (el presidente de Estados Unidos, Donald) Trump; en 2018 vamos a una gran victoria revolucionaria”, agregó.
“El año que viene los vamos a esperar en la bajadita, porque vamos a tener la mayoría de las alcaldías en manos de la revolución bolivariana”, sostuvo El Aissami durante un acto de campaña para las elecciones municipales del 10 de diciembre, reportó la televisora estatal VTV.
El anuncio tuvo lugar apenas 48 horas antes de que representantes del gobierno y la oposición inicien este viernes un diálogo formal, luego de dos tentativas frustradas en los últimos meses y de que los últimos dos antecedentes, uno en 2014 y otro en 2016, quedaran truncos a poco de comenzar.
El gobierno llega a la mesa de negociación fortalecido políticamente por su inesperado éxito en las elecciones de gobernadores de octubre pasado, que causó una fractura de hecho en la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD).
Pero, al mismo tiempo, está jaqueado por la crisis humanitaria generada por la escasez de alimentos y medicinas, la hiperinflación, el default parcial de la deuda externa y el creciente aislamiento internacional.
La MUD quedó dividida entre los partidos que concurrirán a las elecciones de alcaldes del 10 de diciembre próximo y los que se abstendrán, así como entre quienes están de acuerdo en dialogar con el chavismo y los que no, entre otros temas.
Esas divergencias tuvieron su correlato en la Asamblea Nacional (AN), el parlamento unicameral con holgada mayoría opositora, donde un grupo de diputados de los partidos más radicales se escindieron del bloque de la MUD y formaron una bancada aparte.
El diálogo, cuya primera etapa se extenderá hasta el sábado, se realizará en Santo Domingo bajo la dirección del presidente de la República Dominicana, Danilo Medina, y el ex jefe del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero.
Además, participarán el canciller local, Miguel Vargas, y sus colegas de los países “acompañantes” de la iniciativa: Bolivia, Nicaragua y San Vicente y las Granadinas, elegidos por el gobierno, y Chile y México, solicitados por la MUD.
El tercer “acompañante” escogido por la oposición, Paraguay, decidió a última hora no enviar a su canciller, Eladio Loizaga, por motivos relacionados con el proceso de las elecciones internas del 17 de diciembre, en que los paraguayos elegirán los candidatos a presidente para los comicios de 2018, informó el dirigente de la MUD Vicente Díaz.
Vargas anunció el lunes pasado que “por lo menos los seis puntos más importantes de la agenda están consensuados para abordarlos”, aunque no detalló cuáles son.
“Nosotros vamos al diálogo para encontrar un camino de estabilidad política, económica, social, para el pueblo, y que podamos llegar a unas presidenciales bajo garantía de paz y estabilidad”, afirmó el ex canciller Elías Jaua, uno de los delegados del gobierno, a la radio estatal YVKE.
En cambio, Díaz -que años atrás fue director del Consejo Nacional Electoral (CNE)- advirtió a Unión Radio que “el tema electoral es prioridad en el proceso de diálogo” porque “se ha convertido en un campo minado” y hay “circunstancias que hacen que una elección no sea limpia”.
Díaz añadió que el segundo asunto en importancia para la MUD en relación con el diálogo es la situación humanitaria y social que atraviesa Venezuela, donde, dijo, “no solo escasean los productos de primera necesidad sino que también escasea el dinero”.
Para compensar la disminución de representatividad generada por sus disidencias internas, la MUD logró el respaldo explícito de la AN, que ayer “aprobó” el diálogo y resolvió enviar una misión observadora a Santo Domingo.
Por otra parte, obtuvo el apoyo de entidades de la sociedad civil y, bajo la dirección del presidente de la AN, Julio Borges, enviará dos equipos: uno, político, de nueve miembros, y otro, “técnico”, de 11, entre los que figuran dirigentes empresariales, economistas y politólogos.
