Por Gabriel Rodriguez
En la misa que ofició en la Catedral, monseñor insistió en seguir su ejemplo de “estar cerca y al servicio de los más humildes”.
El obispo de San Luis, monseñor Gabriel Barba, ofició este jueves la misa por el 428º aniversario de la fundación de la ciudad y en honor a San Luis Rey de Francia, en la iglesia Catedral.
En su homilía, Barba hizo un recorrido por la vida y obra de San Luis Rey, donde destacó que “mirar a San Luis Rey será para nosotros tomarlo como ejemplo. Pero también mirar a su familia. Y eso debemos imitar también. Crear las condiciones necesarias para propiciar verdaderas familias cristianas. Cristianas en sus valores y en un modo de vida regida por el evangelio, no cristianas por el solo nombre o las formas. Cristianas en esencia. En obra y en verdad”.
En otro pasaje señaló que la santidad de San Luis “se la ve en su preocupación por estar cerca y al servicio de los más humildes. Su opción por los más pobres la ha tomado del mismísimo San Francisco de Asís, al unirse como Terciario Franciscano”.
Luego de recordar el tiempo y las costumbres donde se desarrolló el santo patrono, el obispo señaló que “debemos saber actualizar su vida y obra para que tenga incidencia en nosotros, en nuestra vida, en nuestro mundo; para construirlo hoy y ahora el Reino de Dios con delidad”. Y enseguida comentó: “Nuestro Santo Patrono nos invita a fortalecer los lazos familiares”.
Sobre este último punto insistió: “La construcción de familias cristianas frente a una cultura, que claramente y por opción corrompe la esencia de las familias perdiendo de este modo uno de los mayores cimientos para la construcción de una sociedad sana que vele por el bien y salvaguarde la vida de todos sus hijos”.
Durante la celebración estuvo en representación del gobierno provincial la ministra de Educación, Eugenia Cantaloube, y por el Poder Legislativo la presidenta provisional del Senado, María Angélica Torrontegui, y la titular de la Cámara de Diputados, Silvia Sosa Araujo. También el intendente Sergio Tamayo, que estuvo acompañado de todo su gabinete.
Al finalizar el oficio religioso, como es tradición, la figura del santo fue cargada por un grupo de una asociación gaucha que la llevó por la nave central del templo para salir a realizar la procesión por las calles del centro de la ciudad. También fueron llevadas las imágenes de la virgen de Fátima, de Luján y del Santo Cristo de la Quebrada.
La procesión comenzó en la iglesia Catedral donde cientos de fieles, alumnos del secundario y agrupaciones gauchas caminaron por calle Pringles hasta Chacabuco, doblaron por Belgrano, luego por Colón y, de allí, por Pringles hasta volver al lugar de inicio, donde esperaba la banda del Ejército y las bastoneras de Santa Cecilia.