Por Gabriel Rodriguez
A través de las 20 consejerías de género que funcionan en 12 localidades de la provincia.
Las consejerías integrales de género asisten casi 200 casos mensuales por violencia de género. En la provincia ya hay 20, en 12 localidades, y funcionan como órganos descentralizados.
Las 71 consejeras han sido capacitadas para acompañar a las personas que han sufrido violencias o que están en alguna situación similar.
Estos espacios fueron creados desde la Secretaría de Mujer, Diversidad e Igualdad de la Provincia con la intención y el objetivo de construir una sociedad libre de violencia y brindar atención, asistencia y acompañamiento a las mujeres.
Son un ámbito de escucha, guía y contención que surgió como política pública a principios de 2020.
Según datos expuestos por el ente regulador de estos centros, las 20 oficinas reciben un promedio de entre 180 y 200 consultas por mes.
«Las comenzamos a pensar en 2019 y las implementamos en 2020. Es un trabajo articulado que siempre lo hicimos con el Ministerio de Desarrollo Social y con todo equipo de la secretaría», informó la secretaria a cargo, Ayelén Mazzina.
Surgen a través de la detección de cantidades de víctimas y los distintos tipos de violencia que sufren, que se obtienen a partir de mapas de calor que generó la secretaría.
«La manera en la que vamos implementando y abriendo las consejerías es con un diálogo, también, con los municipios. Siempre digo que los cambios son lentos, que cuando llegamos en 2019 y empezamos a dialogar sobre estas temáticas, en su momento había poca credibilidad», comentó.
Las consejerías son el primer espacio de contacto entre mujeres y disidencias violentadas y el Estado provincial, en este caso.
«Tuvimos una apertura y un trabajo mancomunado, no solo por parte de los municipios, sino también de distintas organizaciones e instituciones que, de a poquito, se fueron acercando a pedir ayuda», resaltó Mazzina.
En las consejerías, las personas reciben asesoramiento legal, una primera asistencia psicológica e ingreso a grupos interdisciplinarios.
«Es un caballito de batalla de la secretaría porque nos permitió llegar a cada lugar de San Luis, localidades, parajes. No es que se nos ocurre abrir una consejería y la abrimos: primero vemos el número, la demanda que hay, la cantidad de situaciones de violencia, qué tipos y modalidades. Ahí también vemos qué tipo de capacitación se brindará a las chicas que entrevistamos y que finalmente quedan como consejeras en esos lugares», aseguró la funcionaria.
Los casos allí recibidos y primeramente atendidos se derivan al Programa de Seguimiento Interdisciplinario de Casos, que es el que se ocupa de hacer llamadas durante el tiempo que la persona desea y necesita el acompañamiento.
«El balance es increíble, porque cuando pensás las consejerías en territorio, obviamente que las mismas consejeras son del lugar, entonces esto hace que conozcan las problemáticas, la gente. Hay violencias estructurales y ellas han hecho un trabajo de hormiga en ir a visitarte, tomarse un mate, contarte qué es la violencia, cuáles son las herramientas del Estado», afirmó Mazzina.
