3 mayo, 2024

La nueva manera de trasladarse en San Luis: Monopatines eléctricos

Aunque todavía no es masivo como en Buenos Aires o Córdoba, el monopatín gana terreno en la provincia. Se trata de un vehículo ligero, liviano, barato y sustentable que cada vez tiene más adeptos.

Por Gabriel Rodriguez

Utilizo el monopatín eléctrico para movilizarme hacia el trabajo. Soy director de la escuela ‘Rosenda Quiroga’. La institución tiene dos edificios que están distanciados dos kilómetros, uno de otro; estoy a cinco kilómetros de mi domicilio en La Punta. Las distancias que recorro están conectadas por avenidas que son lineales, lo que me proporciona más visualización. Adquirí este medio de transporte al tener en cuenta algunos beneficios. Antes, me asesoré por las medidas de seguridad. Tomo todas las pautas preventivas y uso el casco adecuado”, expresó el usuario Oscar Daniel Ballerino.

Aunque todavía no es masivo como en Buenos Aires o Córdoba, el monopatín gana terreno en la provincia. Se trata de un vehículo ligero, liviano, barato y sustentable que cada vez tiene más adeptos. Aseguran que ahorran dinero en combustible (funciona con un motor eléctrico) y que dista por completo del estrés de los taxis y colectivos. Los más económicos parten en $70 mil y en la ciudad se consiguen hasta en $155 mil. Asimismo, por internet hay otras ofertas que superan el millón de pesos.

El propietario de un local de indumentaria de calle Pringles, Sergio Forastelo, vende este tipo de monopatines; también es usuario. Aseguró que es comparable a un celular: se carga durante una hora y media aproximadamente. Si bien las características técnicas difieren de acuerdo al tipo de vehículo, una línea básica tiene autonomía de entre 10 y 25 kilómetros según el manejo, el peso del conductor y el viento. Mientras más maniobras de frenado y arranque se hagan, menos dura la batería. Considera que es plenamente óptimo para asistir al trabajo o movilizarse en el casco urbano.

“En el horario de comercio se ven un montón. En otras provincias está lleno; acá empieza a tomar rumbo. Los que ofrezco son económicos, rondan los $80 mil. En mi caso, tengo uno desde hace seis meses y lo uso todos los días. Son plegables: con esto se puede entrar a un comercio o al banco, se puede subir una escalera, se puede guardar en el departamento y llevar en un ascensor; es como una valijita de 9 kilos. Es más práctico que una bicicleta y llegó para quedarse”, manifestó.

El encargado de una casa de ropa deportiva de calle Colón, Esteban Amaya, referenció que hace un mes empezaron a vender monopatines. Destacó que la mayoría los busca por el ahorro en combustible y la agilidad en el tránsito. Los que ofrecen tienen una autonomía de 30 horas y cuentan con un panel que provee información sobre el consumo de energía.

Actualmente venden tres medidas: el pequeño, que cuesta $75 mil; el mediano, que llega a $120 mil, y el grande, a $155 mil. De acuerdo al peso y a la altura de la persona se recomienda un tipo específico. Vienen con luces y timbre.

“Lo tengo desde septiembre del año pasado. Gastaba mucho en transporte, me tomaba tres taxis por día con un valor estimado de $220 por coche. Además del dinero, la situación me causaba complicaciones con los horarios. Opté por comprar un monopatín de $70 mil; lo uso para ir al trabajo. Lo cargo en dos horas y me da una autonomía de 20 kilómetros. Si bien no lo he comparado, debe tener el consumo de una notebook, y lo más importante es que no emite monóxido de carbono. El único mantenimiento que hay que hacer es en las ruedas, para que estén correctamente infladas”, dijo el usuario Brayan Benítez.

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El perito en Seguros y Averías José Quevedo Celi describió que el monopatín data del año 1950. Aseguró que arrancó como una moda, que luego decayó, y que actualmente se reversionó con el motor eléctrico. Señaló que la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) emitió una resolución en octubre de 2020 donde dispone ciertas cuestiones sobre su uso, pero destacó que no tienen alcance, ya que la Ley de Tránsito 24.449, que está vigente, no contempla este tipo de transporte.

“En el monopatín uno va parado y ergonómicamente es una cuestión que puede exponer a una lesión de tobillo: en un posible accidente, como no hay soporte, uno intenta frenar con el pie. Un tema a tener en cuenta es la electricidad. Si está al 50%, frena un 50% menos. Lo mismo ocurre con las cubiertas desinfladas. En un auto se incrementa el consumo de nafta entre un 10% y un 15%; en el monopatín se reduce la capacidad de frenado”, explicó.

“Veo muchas personas sin ningún tipo de protección. Hay que usar el casco y tiene que cumplir con las normas IRAM-AITA 3621, también debe estar certificado por el Instituto Nacional de Tecnología Industrial. Son recomendables las rodilleras y otros elementos. Un choque a 40 km/h equivale a una caída de un cuarto piso”, agregó.

Puntualizó que no hay que andar por las veredas y que solo se pueden usar en ciudades (están prohibidos en autopistas y rutas nacionales) a una velocidad máxima de 30 km/h. Se debe tener gran precaución en zonas donde las calles no están en óptimas condiciones, como puede ser el caso de los corredores de colectivos, que por lo general exponen aceite sobre el suelo. Para un dominio del centro de gravedad es importante mantener las rodillas flexionadas y aprender cómo caer en caso de que un accidente sea inminente. Remarcó que es clave la responsabilidad de los padres cuando el que maneja es un menor, y afirmó que este tipo de vehículos no tiene buenos rodamientos.