30 abril, 2024

Envenenan 34 cóndores afectando años de recuperación del ave

a muerte por envenenamiento de 34 cóndores en Mendoza preocupa a conservacionistas, quienes califican la matanza como un «golpe durísimo» a los esfuerzos de conservación de la especie.

La muerte por envenenamiento de 34 cóndores en Mendoza preocupa a conservacionistas, quienes califican la matanza como un «golpe durísimo» que afecta un proceso de años para recuperar la especie y devolverla a su hábitat, afirmó el director del Programa de Conservación del Cóndor Andino, Luis Jacome.

«La rehabilitación de un cóndor que fue intoxicado puede tardar años y lo que estamos viendo como algo tremendo es que últimamente ya no llegamos a recuperarlos, y mueren en el campo», contó Jacome en diálogo con Télam.

El especialista enfatizó: «Llegás, y ya el animal está muerto: no hay chances de solucionar nada».
«Creo que es algo que toda la sociedad debiera repudiar, y pedir que no se use veneno o agrotóxicos para matar a los predadores en el campo», dijo Jacome, quien pidió leyes «para permitir la trazabilidad de toneladas de veneno que están circulando en nuestro país y están siendo puestas en mano de cualquiera».

La muerte de los cóndores en la localidad mendocina de Molles fue para la población silvestre un «golpe durísimo» que afecta «un proceso de años», con 66 ejemplares de esta ave voladora que resultaron muertos en los últimos 13 meses.

Los cóndores hallados muertos en Molles eran 30 adultos que «seguramente dejaron pichones en sus nidos, que mueren allá. Por eso el impacto es mucho más grande».

La cifra surge de los 34 casos de Mendoza a los que se suman 32 muertos el año pasado, 19 de ellos en la zona jujeña de Rinconada.

«En total son 66 los cóndores muertos en 13 meses», una situación que «toda la sociedad debiera repudiar» porque se pone en riesgo la extinción de la especie, opinó.

Jacome planteó que implica «muchísimo dinero, recursos y tiempo, y todo lo que se hace por la conservación de la especie se viene en banda con una cosa así».

En ese sentido aludió al peligro del sebo tóxico que se usa en el campo para matar animales predadores, que «es un método inespecífico porque si un cóndor toca muere, si un puma toca muere y si una persona toca muerte. O sea que, el que toca, pierde», dijo.

Con una labor de 26 años junto a un equipo interdisciplinario internacional, Jacome comparte el récord mundial de haber criado 64 cóndores, rescatado 260 y liberado 171.

«Argentina podría estar orgullosa de eso, pero ahora tenemos este espanto. El daño que se produce no es solo para el animal sino para el medio ambiente», aseguró.

Las muertes de cóndores están ocurriendo incluso en Chile, país con el que el equipo mantiene un programa binacional y donde también crece la matanza con sebos tóxicos.

«Es algo que no tienen antecedentes para nosotros, y se está utilizando a lo largo de la Cordillera de los Andes, poniendo en jaque la superviviencia del cóndor e incluso la salud humana», alertó.

Jacome afirmó que el impacto es a nivel sudamericano, ya que estudios satelitales reportan que cóndores argentinos vuelan hacia regiones andinas de otros países.

«No queremos llegar a lo que pasó en Venezuela, donde se declaró la extinción en el ’65, y en Ecuador, que sólo tiene 100 cóndores», cuestionó.

Respecto a las causas de muerte del ave que alcanza tres metros de envergadura de ala, el especialista señaló que el cebo tóxico es la principal, seguida de la ingestión de balas de plomo -«balas que siguen matando una vez disparadas contra un animal»- y la caza furtiva, ya que muchos ejemplares fueron hallados con perdigones en sus cuerpos.