Por Alejo Pombo
Si hay un momento televisivo qué quedó grabado en la mente de los argentinos, ese es cuando Viviana Canosa decidió tomar dióxido de cloro mientras estaba al aire de su programa.
Mientras los médicos e infectólogos trataban de educar a la población en cada medio de comunicación respecto de los mejores caminos para evitar el coronavirus en un tiempo en donde no abundaban las vacunas, la «comunicadora» brindaba un contraejemplo poco feliz en la pantalla de un canal abierto.
Ahora, varios meses después, el Enacom decidió sancionar a la conductora.
Si bien el monto que deberá pagar la periodista no fue difundida, lo cierto es qué son tres las penalidades de las que deberá hacerse cargo: una por beber ese líquido nocivo para la salud; otra por haber puesto en duda la veracidad de los hisopados; y una tercera por una entrevista con un doctor en Farmacia y Bioquímica que negó la efectividad de las vacunas contra el coronavirus.
Por su parte, la periodista planteó que «la supuesta sanción impuesta por el Enacom es un nuevo intento de limitar mi derecho a expresarme libremente, mi único bozal es mi convicción, y obedezco únicamente a ella. Ningún organismo, obscuente del poder de turno, nunca más va a cercenar mi libertad de expresión».
