Por Alejo Pombo
El incendio forestal de grandes dimensiones que arrasó en las últimas horas la vegetación y derrumbó casas y cabañas a su paso entre las localidades de Potrero de Garay y San Clemente en el Valle de Paravachasca de Córdoba, dejó una sensación de tristeza, amargura, dolor y bronca.
El intendente de Potrero de Garay, Gerardo Martínez, aclaró que «en este momento se encuentra la situación controlada y en guardia de cenizas», aunque personal de Defensa Civil y 11 dotaciones de bomberos continuaban ayer en las tareas de enfriamiento del sector, en una jornada en la que las condiciones climáticas eran diferentes.
«Hoy (por ayer) mejoró más allá de las inclemencias del tiempo que nos decían que iba a haber. Trabajamos mucho toda la noche, a las 7 llegó el viento que no fue tan importante, y ahora está todo más calmo», señaló el jefe comunal.
Al menos 70 casas y cabañas sufrieron la quemadura total de sus construcciones, de las cuales más de 50 se encuentran dentro del complejo Potrerillo Pueblo de Montaña, una urbanización en donde los pinos ardieron en llamas toda la tarde del miércoles y arrasaron con todo a su paso.
Eldo Brussa, propietario de una de las viviendas que quedó completamente destruida, contó bajo una notoria decepción: «Nos enteramos por los medios y ayer era imposible llegar, no nos dejaban pasar».
«Vinimos hoy y encontramos una imagen apocalíptica, cuesta creer lo que vemos, parece que pasó una guerra», describió el hombre.
Brussa dijo sentir «mucha tristeza, amargura y bronca», y al ser consultado sobre si se podría haber prevenido , sostuvo: «Siempre se puede hacer algo más, pero el pino cuando agarra fuego no lo parás más».
Sobre esa situación habló también el intendente, quien aclaró: «Por más cortafuegos que hubiera, el fuego cruzó 12 kilómetros en 20 minutos. Se calcularon ráfagas de unos 90 kilómetros por hora y sólo lo logramos combatir en las calles».
Martínez afirmó tener también una «sensación de tristeza, amargura, dolor», aunque dijo que «reconforta que los vecinos lucharon para que fueran más aliviadas las consecuencias».
Por su parte, Efrain Agustinoy, desarrollista de Potrerillo Pueblo de Montaña, el sector más dañado donde el fuego arrasó 200 hectáreas y más de 50 viviendas, dijo: «Hemos tenido no puedo certificar cómo ha entrado, supongo que ha sido algo en el mismo complejo o el juez de paz que ha certificado la caída de una torre de EPEC y que originó todo este lío».
Sobre lo sucedido en la zona, el director General de Defensa Civil de la Provincia, Diego Concha, informó que continúan trabajando, entre personal de Bomberos Voluntarios y personal del Equipo Técnico de Acción ante Catástrofes, Plan Provincial de Manejo del Fuego y Defensa Civil.
Hay unos 390 efectivos en el lugar y el fuego «no ha entrado con la intensidad y la velocidad que nosotros consideramos que podía pasar con el viento que esta rotando del sector sur», agregó Concha, aunque destacó que «igual hay que estar sumamente atentos». También se inició un incendio en un punto del Valle de Calamuchita, del cual dijeron que «está contenido un 70%».
