Por María Cruz*
Tensión entre el Gobierno y la CGT por la adhesión de la UTA al paro
El Gobierno afirmó que la Unión Tranviarios Automotor (UTA) no podrá sumarse al paro general del 10 de abril convocado por la CGT, ya que el gremio de los colectiveros está bajo conciliación obligatoria hasta el 11 de abril.
«No puede adoptar ninguna medida de fuerza por el término de 15 días, no se puede plegar al paro de la CGT», aseguró una fuente de la Secretaría de Trabajo a la Agencia Noticias Argentinas.
De esta manera, la huelga de la central obrera perdería fuerza, ya que el transporte de colectivos seguiría funcionando con normalidad, afectando solo a trenes y subtes en la Ciudad de Buenos Aires.
¿Una jugada del Gobierno para debilitar el paro?
La situación despertó sospechas dentro del sindicalismo, ya que algunos sectores creen que el Gobierno provocó el conflicto salarial con la UTA para luego dictar la conciliación y evitar su adhesión al paro general.
Sin embargo, la situación no está del todo clara desde el punto de vista legal. Si bien la conciliación obliga a la UTA a no tomar medidas de fuerza en su reclamo salarial, el paro de la CGT tiene un carácter político y abarca otros pedidos.
Al respecto, algunos abogados laboralistas sostienen que la conciliación no impide la adhesión a una huelga general, ya que esta responde a una protesta más amplia y no al conflicto puntual de los colectiveros.
La postura de la UTA y su relación con el Gobierno
El gremio liderado por Roberto Fernández ha mantenido una postura de baja conflictividad con la gestión de Javier Milei. En 2024, la UTA se bajó de un paro de los gremios del transporte, lo que refuerza la idea de que podría optar por no sumarse a la medida de la CGT.
La definición de la UTA será clave en los próximos días, ya que su adhesión podría aumentar el impacto de la huelga. Mientras tanto, persisten las dudas legales sobre si la conciliación realmente la obliga a mantenerse al margen.