26 abril, 2024

«El barco fantasma de Mar del Plata»: Una reliquia del pasado que aún se vislumbra

Durante la década de los 90, los turistas que visitaron Mar del Plata tuvieron la oportunidad de apreciar una imagen icónica al llegar a la rotonda de la costa: un barco abandonado y oxidado que se ganó el apodo de «El barco fantasma de Mar del Plata «.

Por Ale Pombo

Durante la década de los 90, los turistas que visitaron Mar del Plata tuvieron la oportunidad de apreciar una imagen icónica al llegar a la rotonda de la costa: un barco abandonado y oxidado que se ganó el apodo de «El barco fantasma de Mar del Plata «. Este buque, conocido como Marcelina de Ciriza, permaneció a la vista durante varios años hasta que finalmente fue absorbido por las aguas marítimas.

La historia de este barco se remonta al 20 de junio de 1991, cuando, debido a fuertes lluvias y vientos generados por un huracán, se rompieron sus amarras en el Puerto de Mar del Plata. El buque, que llevaba una década abandonada y sin tripulación, perforaría las escolleras Sur y Norte sin sufrir daños graves. Afortunadamente, el sereno a cargo del barco pudo bajar a tiempo antes de que se soltara.

Gracias a su falta de carga, gran flotabilidad y poco calado, el barco navegó durante 15 kilómetros en medio de la tormenta, sin motor ni timón. Desafiando olas de hasta 10 metros de altura y marejadas intensas, incluso superó la peligrosa zona de Cabo Corrientes, donde se habría esperado que se estrellara debido a la geografía del lugar.

Aunque este incidente fue producto de causas naturales, algunos lugares teorizaron que las amarras del buque habían sido cortadas a propósito. Sin embargo, no hay evidencia de que el respaldo esté sostenido. También se cuenta una leyenda relacionada con el buque, según la cual el único «tripulante» era el perro del sereno, llamado «Tuque», que no modificar bajar antes de que el barco se soltara. Afortunadamente, el can fue rescatado una vez que el barco encalló en la costa y fue devuelto a su dueño.

Desde 1991 hasta principios de la década de 2000, el barco fantasma existía varado frente a la rotonda de Constitución, atrayendo a millas de turistas que se acercaban para verlo y tomar fotografías. La noticia captó la atención de los medios de comunicación y numerosas especulaciones sobre el futuro de la embarcación, incluyendo planes de convertirlo en un boliche, una confitería o incluso un casino flotante. Sin embargo, ninguna de estas propuestas se concretó.

El costo de reflotar el barco resultó prohibitivo, lo que llevó a que permaneció encallado durante mucho tiempo. Con el paso del tiempo, la acción del salitre y los fuertes vientos comenzaron a erosionarlo, haciendo que poco a poco desapareciera de la vista de los habitantes de Mar del Plata y los turistas. Algunos informes del año 2021 señalan que, cuando baja la marea, aún pueden ver algunos restos del barco, grabando su presencia en el pasado.