27 abril, 2024

Consumo de carne en picada: Se desploma y los bolsillos buscan alternativas

El consumo de carne vacuna ha sufrido una caída sin precedentes en lo que va del año, generando un panorama desafiante en el mercado interno. En febrero, el nivel por habitante se situó en 44,6 kilos, en comparación con los 49,2 kilos del mismo mes del año anterior.

Por Gabriel Rodriguez

El consumo de carne vacuna ha sufrido una caída sin precedentes en lo que va del año, generando un panorama desafiante en el mercado interno. En febrero, el nivel por habitante se situó en 44,6 kilos, en comparación con los 49,2 kilos del mismo mes del año anterior.

A pesar de una tendencia a la baja en la inflación mes a mes, el consumo de carne vacuna no logra repuntar. Según el último informe de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (Ciccra), febrero registró una disminución interanual del 9,3% en el consumo per cápita.

Esta tendencia preocupa a diversos actores del mercado, especialmente a las carnicerías, que inicialmente intentaron ajustar sus precios para compensar la inflación, pero se vieron obligadas a retroceder debido a la falta de respaldo por parte de los consumidores.

Por otro lado, el consumo de carne de cerdo ha ganado terreno como alternativa más económica y accesible para los consumidores. El precio más bajo de la carne de cerdo ha contribuido a su creciente popularidad entre los compradores.

Según el Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (Ipcva), en febrero los precios de los cortes de carne vacuna aumentaron un 4,2%, mientras que el pollo fresco subió un 5,4% y el precio del pechito de cerdo bajó un 2,2% en comparación con el mes anterior.

En cuanto a las exportaciones, aunque se registró un ligero descenso en enero respecto al mes anterior, se observó un aumento del 13,5% en comparación con enero de 2023. Sin embargo, el ritmo de exportación podría verse afectado por la reciente estabilización del dólar en el mercado paralelo.

Ante esta situación, los expertos pronostican una caída en la faena y un aumento en las exportaciones para el resto del año. Se espera que el consumo interno se mantenga bajo, con niveles proyectados alrededor de los 45 kilos per cápita de carne vacuna.

En términos de oferta, se estima una disminución del 10% en comparación con el año anterior, lo que podría significar una menor disponibilidad para el mercado interno, especialmente considerando el bajo poder adquisitivo de los consumidores.