26 abril, 2024

Un atentado frustrado en París vuelve a atemorizar a Francia

Al grito de «¡esto es por Siria!», un hombre armado con un martillo agredió hoy a un policía junto a la catedral de Notre Dame de París antes de ser herido de bala por otro agente, en un atentado que volvió a aterrorizar a París cinco días antes de las elecciones legislativas de Francia.

Al grito de «¡esto es por Siria!», un hombre armado con un martillo agredió hoy a un policía junto a la catedral de Notre Dame de París antes de ser herido de bala por otro agente, en un atentado que volvió a aterrorizar a París cinco días antes de las elecciones legislativas de Francia.

El ataque ocurrió alrededor de las 16:30 hora local, y su autor -un estudiante argelino según los primeros indicios, aunque su identidad no fue confirmada por la policía- llegó a golpear con el martillo al policía, que fue trasladado a un hospital con heridas que no revisten gravedad, informó el ministro del Interior, Gérard Collomb.

Horas después del ataque, ya de noche, la policía allanó el domicilio del hombre y dijo que encontró un video en el que éste proclama su pertenencia al Estado Islámico (EI), informaron medios franceses.

En la grabación, según dijeron las cadenas de noticias LCI y BMF TV en su edición digital, el agresor reivindicaba sus «futuras acciones».

El hombre, identificado como Farid I., es un argelino nacido en enero de 1977 que llegó a Francia en marzo de 2014 y está casado con una sueca, agregaron las cadenas.

Domiciliado en Cergy-Pontoise, en el noroeste de París, no estaba fichado por los servicios policiales y no tiene historial judicial, añadió la fuente.

El joven, que dice ser traductor, tenía un estudio alquilado en una residencia de estudiantes, hasta donde se desplazaron una quincena de miembros del BRI, la unidad de élite de la policía francesa, que según LCI no encontraron ni armas ni explosivos.

Su director de tesis sobre el tratamiento mediático de las elecciones, Arnaud Mercier, declaró a esa cadena que nada hacía presagiar lo sucedido.

«Por lo que conozco de su personalidad, aunque hace tiempo que no estamos en contacto, me deja totalmente estupefacto», dijo Mercier sobre el atacante, que había trabajado como periodista en Suecia y Argelia.

«Era alguien muy comprometido, que reconocía los valores de la democracia, creía mucho en el ideal periodístico. (…) No tenía barba, ni respetaba el Ramadán. Lo único que observé es que no bebía alcohol, pero hay muchos musulmanes que no beben y no son peligrosos yihadistas», añadió.

Las autoridades consideran el suceso como un «acto terrorista», y la Fiscalía de París, encargada de estos asuntos, ha abierto una investigación confiada a la sección antiterrorista de la Brigada Criminal y a la Dirección General de la Seguridad Interior.

Además del martillo, el hombre se hallaba en posesión de «cuchillos de cocina», lo que muestra que los ataques contra las fuerzas de seguridad se llevan a cabo «con instrumentos muy corrientes», dijo el ministro.

«Hemos pasado de un terrorismo sofisticado a otro en el que cualquier herramienta puede ser utilizada como arma», consideró Collomb, que explicó que el agresor gritó «¡esto es por Siria!» al inicio de su acción.

El hombre actuó solo en el momento del ataque, aunque ahora las fuerzas de seguridad investigan si podría tener cómplices.

Alrededor de una hora después del suceso, la Prefectura de Policía anunció que la situación había sido «controlada».

El atentado frustrado golpeó uno de los lugares más visitados por turistas de todo el mundo, en pleno corazón de la capital francesa y que cuenta con plena vigilancia las 24 horas del día.

Francia se encuentra en estado de emergencia, con la presencia de patrullas militares por las calles de París, desde que los atentados del 13 de noviembre de 2015 causaran 130 muertos y cientos de heridos en las calles de la ciudad y en la sala de conciertos Bataclan.

La policía acordonó la plaza de la catedral y sus alrededores, pero en torno a un millar de turistas y fieles quedaron atrapados durante más de dos horas en el interior del templo.

Una de las personas que quedó dentro de la catedral fue la turista y periodista argentina Analía Pastrán, quien relató a Télam que los más de 1.000 atrapadas «se mantuvieron tranquilas, en calma, aunque algunos tenían miedo».

Analía, de 31 años, debió quedar confinada en el gran monumento medieval, símbolo de la Ciudad Luz en la isla de la Cité, en el corazón turístico parisino, junto a su marido, Guido, de la misma edad, y su hijo Nicolás, de tres.

«Cuando nos acercamos a la puerta nos pidieron que nos quedemos adentro porque había ocurrido un ataque en la plaza y por cuestiones de seguridad no pudimos salir», relató.

El atentado de hoy presenta varias similitudes con otros ataques recientes en la capital francesa, como el que tuvo lugar el 20 de abril, sólo tres días antes de la celebración de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, en la avenida de los Campos Elíseos, otro de los epicentros turísticos de París.

En aquel incidente murió el policía Xavier Jugelé, tiroteado por un yihadista que fue posteriormente abatido por las fuerzas del orden.

La catedral de Notre Dame ya fue escenario de otro atentado frustrado el 9 de septiembre del año pasado.

Entonces, la Policía desarticuló un comando compuesto esencialmente por mujeres y dirigido por el EI desde Siria, que intentaron hacer saltar por los aires un coche junto a Notre Dame y luego trató de perpetrar un atentado terrorista contra agentes policiales.

El plan de las yihadistas era provocar una explosión con un coche sin matrícula que abandonaron de madrugada a unos metros de la catedral con seis garrafas de gas y tres botellas con diésel en su interior.