San Luis: La defensa de los padres del niño rescatado piden pericia psicológica de los acusados

Los abogados defensores de los padres de Mateo, el niño de 7 años rescatado por la policía de su casa donde se encontraba atado y amordazado, pedirán pericias psicológicas para los progenitores por considerar que el padre está “alterado psíquicamente” y que la madre tiene una “deficiencia cultural”.

Guillermo Levingston, el abogado de Antonio Torres (43), padre de la víctima, dijo que entregó el celular de su cliente a la justicia porque cree hay registros fotográficos o filmaciones del momento en que la madre del menor lo ata o “somete a algún ilícito en su contra” y explicó que su cliente está “psicológicamente perturbado” por lo que va a pedir que lo sometan a una revisión psiquiátrica.

Por su parte, el defensor oficial que asiste a María del Carmen García, la madre de Mateo, pidió a la jueza Virginia Palacios que ordene una pericia psicológica y psiquiátrica para la acusada.

El padre y la madre de Mateo están acusados por abandono de persona doblemente agravado, por resultar grave daño en la salud de la víctima y por el vínculo, y por privación ilegítima de la libertad, agravada por mediar violencia.

Salazar no cree que el resultado del examen psiquiátrico y psicológico a la madre acusada esté para mediados de la semana próxima, cuando la jueza Palacios tenga que resolver si la procesa y encarcela en forma preventiva.

Aunque no pudo precisar qué nivel de instrucción escolar ha recibido la mujer, el funcionario judicial no duda de que García “tiene una deficiencia cultural”. De todos modos, aclaró: “No sé si eso puede ser determinante para que ella llegue o no a comprender la criminalidad del hecho” que investigan.

Por otra parte, declaraciones de un vecino del pequeño que fueron incorporadas a la causa afirman que el niño era encerrado los fines de semana y en esas oportunidades llamaba y pedía comida y agua. El hombre aseguró que la mayoría de las veces, su hijo era quien le alcanzaba comida por una ventana, y esto ocurrió por lo menos en cinco oportunidades. El testigo afirmó también que, más allá del encierro de los fines de semana, nunca lo vio jugar fuera de la vivienda.